Los nuevos ‘Mayimbús’

Nicolás Escobar Bejarano

En los últimos días de mandato del aprendiz Ivan Duque (por que esta ad portas de graduarse como el peor presidente de Colombia -y como si fuese poco el mérito, logro superar a Pastrana – que de por sí ya dice mucho), anuncio la victoria de la operación militar que dio de baja a alias Mayimbú (confieso que tuve que googlear el apodo porque no sabía cómo se escribía o que significaba), el líder de la disidencia de las extintas Farc que operaba en los departamentos de Cauca y Nariño.

Johany Noscué Bototo -como era el nombre de alias Mayimbú-, perteneció al Resguardo Indígena de Corinto (Cauca), se incorporo a las filas de las Farc cuando tenia 19 años y recibió su primera condena en la ciudad de Popayán a mediados del 2017, se dedicó a asesinar lideres sociales y de paz que se oponían rotundamente al reclutamiento forzoso de los menores de edad, también asesino.

 y como buen revolucionario moderno, incursionó en el mundo del narcotráfico lo que le genero discordia con los elenos (miembros del ELN) y con el Clan del Golfo (confusión que siempre he tenido porque no se si son mexicanos; o colombianos que se creen mexicanos porque son violentos, toman solamente tequila y escuchan música de banda).

 

«Qué difícil es creer y vivir en un municipio donde nunca pasa nada, donde nadie aparece y, peor aún, donde nadie puede estar tranquilo”.

 

Pero según anuncio el general de la Policía Nacional de Colombia Jorge Luis Vargas Valencia, temen por las represalias que las disidencias de las extintas Farc tomen contra la población civil y peor aún,  por quien será el sucesor de Noscué, pues en la lista de aspirantes reposan: Alias el Mocho, quien es el líder de la columna Carlos Patiño; alias Marlon, líder de la columna Franco Benavides, y alias Cholinga, líder de la columna Dagoberto Ramos, es decir que por cada ‘Mayimbú’ muerto otros 3 criminales se pelean la herencia, algo gravísimo para un país que sigue creyendo la delincuencia se combate con balas y no con educación, con oportunidades para todos y con una sostenibilidad que garantice la dejación de armas, es decir, un verdadero apoyo estatal para aquellos que escogen las vías de la paz y no de la violencia.

Adenda: Al finalizar la velatón que se realizó en la zona urbana de el municipio de El Charco (Nariño), por la pronta liberación del alcalde Jesús David Ureña, hombres armados prendieron fuego contra cinco docentes, es decir, no solo se le está negando al municipio la posibilidad de gobernar y ser gobernado sino también la posibilidad de educar y ser educado.

Por su parte La Federación Colombiana de Educadores (Fecode) les exigió a las autoridades competentes realizar las investigaciones so pena de acudir a instancias internacionales. Qué difícil es creer y vivir en un municipio donde nunca pasa nada, donde nadie aparece y, peor aún, donde nadie puede estar tranquilo.

Por: Nicolás Escobar Bejarano.

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