Para nadie es un secreto saber que “los nadies y las nadies” de la vicepresidenta Francia Márquez, quienes viven en las vecindades de la carretera Panamericana en el departamento del Cauca, tienen jodido al pueblo nariñense.
Cuando se presentan los reiterados bloqueos, algunos dirigentes de diversos sectores de esta sección del país levantan voces de inconformismo; pero tales voces no son escuchadas por el gobierno nacional.
Y tampoco sirven los viajes que ellos realizan a Bogotá para reunirse con representantes de las altas esferas del poder central para encontrar algún tipo de solución que ponga fin a tantos bloqueos que se llevan a cabo en la carretera Panamericana y, por ende, del secuestro colectivo de que son víctimas los nariñenses.
Pues, de esas reuniones o juntanzas, como ahora las llaman los petristas, no sale como resultado una respuesta eficaz y, sobre todo, verdadera porque a los dirigentes sólo les dicen que los bloqueos ya no van a continuar, dado que llegaron a unos acuerdos con los caucanos para que no lo vuelvan a hacer.
Y, nuestros ingenuos e inocentes dirigentes, sean estos políticos, sociales, gremiales, cívicos, religiosos, entre otros., se conforman con ese contentillo oficial.
Sin embargo, los bloqueos están a la vuelta de la esquina como una amenaza constante, al tiempo que el marginamiento y olvido del departamento de Nariño continua como si se tratará de una maldición histórica.
Sí, una maldición histórica que muchos creyeron que iba a ir desapareciendo bajo el mandato de Gustavo Petro.
Pero, hoy se ve que nada de eso ha pasado. Y, por el contrario, en esta sección del país, sigue el marginamiento y olvido. Y lo único que se tiene para demostrarle al resto de Colombia que Nariño existe es el narcotráfico como combustible de la violencia.
Recuerdo que durante el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos se registraron a nivel nacional varias protestas sociales de grandes magnitudes que afectaron la infraestructura vial.
Y, frente a esa situación, y a fin de evitar que se atente contra la vida humana, la salud pública, la seguridad alimentaria, el medio ambiente o el derecho al trabajo, se aprobó el artículo 44 de la Ley 1453 del 24 de junio de 2011.
El citado artículo estipula que: “el que por medios ilícitos incite, dirija, constriña o proporcione los medios para obstaculizar de manera temporal o permanente, selectiva o general, las vías o la infraestructura de transporte de tal manera que atente contra la vida humana, la salud pública, la seguridad alimentaria, el medio ambiente o el derecho al trabajo, incurrirá en prisión de veinticuatro (24) a cuarenta y ocho meses (48) y multa de trece (13) a setenta y cinco (75) salarios mínimos legales mensuales vigentes y pérdida de inhabilidad de derechos y funciones públicas por el mismo término de la pena de prisión”.
Sin embargo, ese texto legal, es letra muerta porque no se aplica para conjurar los problemas que se presentan, a raíz de los bloqueos de la carretera Panamericana que ejercen “los nadies y las nadies” de la vicepresidenta Francia Márquez, quienes parece que viven desde ya en la “galaxia cósmica”, de la cual en un momento de inspiración les habló Gustavo Petro, para no ser responsables ante la ley.
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