A medida que pasan los días y los funcionarios del nuevo gobierno nacional comienzan a ejercer los cargos designados, miramos cómo lastimosamente, las pocas prerrogativas que tenemos y con las cuales se amortiza los gastos que asumimos por lo general todos los pastusos, van tendiendo a desaparecer.
Con el anuncio de la radicación del proyecto de reforma tributaria impulsada por el gobierno del presidente Gustavo Petro, el nuevo Ministro de Hacienda José Antonio Ocampo anuncio que la misma contemplaba la finalización del subsidio a la gasolina que tenían varios municipios de Colombia, entre ellos Pasto.
Desde mi punto de vista esto se debe a tres factores de los cuales ya se ha hablado hasta la saciedad y que tristemente, se han convertido en lápida para nuestro departamento.
El primero de ellos es la falta de presencia de nariñenses en las altas esferas del gobierno central que aboguen por las necesidades de nuestro departamento. Durante años hemos sido convidados de piedra en los gobiernos y quienes llegan a tener un cargo a nivel nacional, por lo general siempre piensan en su beneficio particular, reuniéndose con quién tenga que reunirse para dejar candidatos y candidatas para las elecciones regionales. Del otro lado están los «delfines» que al igual que sus padres, no muestran un ápice de cercanía por el departamento que les vio nacer a ellos y a sus progenitores y solo piensan en sus propios intereses, todos estos alejados del sentir del pueblo, podríamos decir que, al igual que sus padres, son politiqueros y no políticos por convicción.
El segundo factor a analizar es la irrelevancia de nuestra clase parlamentaria ante el gobierno nacional. Los nuestros no son capaces de alzar la voz con vehemencia y se quedan con trinos y publicaciones en las redes sociales que no tienen la fuerza necesaria para que, desde la Casa de Nariño, se reconsidere este tipo de medidas que afectaran los bolsillos de los habitantes de la zona de frontera de Nariño. Varios congresistas del partido de gobierno han salido a emitir su punto de vista frente a la posible culminación del beneficio del subsidio a la gasolina, pero dichas intervenciones dejan entrever que, a pesar de ser partidarios del nuevo gobierno, no tienen ni el conocimiento ni la capacidad necesaria para comenzar a hacer el lobby propicio y así impedir perder este beneficio económico.
El tercer factor ya fue mencionado por el ministro Ocampo, es la corrupción rampante que existe alrededor de este subsidio, corrupción que ha llegado a unirse con el contrabando de este producto, desviando gasolina subsidiada a todos los rincones del país sin que nadie haga algo al respecto. Recordemos que en Pasto se investigó esta situación que se conoció con el nombre del “cartel de la gasolina” y que según medios nacionales, desviaba más de 150.000 galones de combustible al mes para causas ilícitas.
Señor presidente, tener en cuenta a Nariño en su gobierno no solo debe ser cuestión de zampoñas, bombos, quenas y danzas, es cuestión de entender las realidades de la población y atacar de raíz este tipo de flagelos, investigar quién y qué hay detrás del subsidio de la gasolina, para que así los verdaderos beneficiados sea la población civil, y no los vivos que se camuflan en los gobiernos regionales cada cuatro años.
Por Mauricio Fernando Muñoz Mazuera

