Las unidades de bomberos de Pasto, no han descansado desde el momento que se registró la emergencia en inmediaciones de los barrios La Minga y Chambú, de la Comuna Cinco, suroriente de Pasto.
Se cumplieron 10 días y aún siguen en las labores para tratar de evacuar toda el agua represada de la quebrada Guachucal que por poco causa una inundación de grande tamaño y jamás vista en Pasto.
Los voluntarios trabajan día y noche en la zona con tal de agilizar el vertimiento de agua que se acumuló en el sitio por culpa del taponamiento de la parrilla principal, debido a que la avalancha bajó con cantidad de materiales de la parte alta.
Uno de los socorristas como Mario Yela, señalaron que tuvieron que romper una ventana nueva a 8 metros de profundidad con el fin de evitar que el agua represada salga a las calles.
Los residentes en la vía principal de La Minga, al darse cuenta de la emergencia, rápidamente con ayuda de las autoridades policiales cercaron sus andenes con sacos de tierra para evitar que el agua se entrara, tras un posible desbordamiento.
“Por el riesgo que implicaba esta operación, y la urgencia del vaciado, debió hacerse en tiempo récord y en hora y media tardamos el corte de esta nueva perforación de 80×80 centímetros de la placa de concreto de 25 centímetros de grosor”, señalaron los bomberos.
La comunidad aledaña a la quebrada, indicaron que se debió hacer unos estudios muy profundos para hacer el relleno de la quebrada, puesto que conocían que en cualquier momento podría causar peligro. “La advertencia del afluente ya se la había conocido cuando en el 2009 dejó inundado el mercado El Potrerillo, que incluso la emergencia llegó hasta el barrio Fátima”.
Para algunos dirigentes, las autoridades debían analizar la problemática antes de canalizarla, para ellos era mejor dejarla al aire libre como cualquier afluente corre en las ciudades grandes y así se evitaba este inconveniente como el que se registró.