Inició la temporada política, esa que pone a más de uno a pelear en casa y entre amigos por los diferentes puntos de vista y porque como siempre las esperanzas de que algo será diferentes se quedan atrás.
Ahora cuando empiezan a sonar los candidatos y cuando en Nariño, por ejemplo los aspirantes son los mismos, también se comienzan a conocer las denuncias, quejas y descontentos a través de redes sociales; para al final el día de las elecciones nuevamente los ganadores como siempre sean los mismos, ojalá que los cambios se conozcan en las urnas y no por memes y publicaciones que circulan en Facebook.
Independientemente de mí opinión por los candidatos y mi voto, el llamado ahora más que nunca es para que los jóvenes en realidad salgan a elegir, es desde ya iniciar esa campaña para a través de las urnas combatir y cambiar este país, no hay nada más ilógico en la vida que lastimosamente las personas que más se quejan y se dedican a criticar son esas mismas que no son capaces de salir a votar.
Seamos conscientes de que la única manera para cambiar el país es a través de nuestro voto y lo más importante que este debería ser secreto y no venderse bajo ninguna excusa. Estamos tan acostumbrados a la corrupción en Colombia que lastimosamente nos parece normal el hablar de que cierto candidato ofrece tanto por un voto o exige tantos votos por un puesto cuando eso solo es la muestra de lo dañado que esta este país y de las cosas que debemos transformar.
Es momento de buscar cambios, es momento de indignarnos y hacer ese llamado de manera real, no más esa idea de no votar porque igual no sirve para nada. La única forma de demostrar el disgusto o el descontento que existe por el Gobierno o por los políticos de turno es a través de las urnas y mucho más cuando durante la pandemia vivimos en carne propia el enojo del país y un paro que además de dejarnos agotados, cobro la vida de docena de colombianos en diferentes ciudades del país.
Entonces, ahora que estamos a tan solo 38 días para conocer el futuro del país tomemos conciencia de la responsabilidad que tenemos en las manos y hagamos ese llamado para que los jóvenes participen de la Democracia, esa de la cual perdimos la fe pero jamás podemos darnos por vencidos. Vamos a votar a conciencia y de esa manera sentir la satisfacción de estar construyendo una Colombia que valga la pena y de la cual las futuras generaciones se sientan orgullosas.
Por: Claudia Andrea Zambrano Erazo