Sofonías Rodríguez

Libardo: de guasca larga

Por: Sofonías  Rodríguez M.

Como vecino conocí a la familia de don Bernabé Guzmán y la señora Isabel Bravo, ambos dedicados al arreglo y comercio de  sombreros,pero además muy apegados dentro de sus  tradiciones al sano y rígido criterio de sus mayores, nunca estuvieron de acuerdo conque dos de sus hijos: Libardo y Luis fueran músicos, porque era sinónimo de amantes al trago:

Prueba de lo anterior como lo contaba el mismo Lucho fue que cuando él estaba en plena adolescencia y sintió  ese gusto  especial por la música y que era feliz mirando y oyendo a la banda  que desfilaba por las calles  interpretando aquellos añejos ritmos  fiesteros. Le llamaba  la atención llegar a ser trompetista.

Sin pérdida de tiempo se fue donde el maestro Juan Castillo,para que le enseñara y quien de manera tajante le dijo. A usted nunca, yo por qué me voy a echar de enemigo a su papá  y él mismo le  sugirió que vaya donde don Rafael Hernández, gran maestro de música y allí aprendió.

Libardo, el mayor también un poco a escondidas se hizo músico inicialmente ayudando por varios años a su hermano Lucho, quien formó su propia orquesta, pero luego él de igual manera formó su grupo, con el que ha animado desde  entonces fiestas en Sandoná y en otras localidades. Su  sólo nombre se hizo popular con el “Sale y sa”. No hace mucho, grabó con los “ Ajices” el tema” Negrita linda”.

«Libardo Guzmán, es toda una institución de historia musical de Sandoná que ha marcado entre dos siglos una valiosa presencia viva de hombre bonachón y relator gracioso de las vivencias del pueblo y de las suyas”

Es un personaje muy querido por toda la gente de su pueblo tanto por su alegría que le imprime a las canciones como por su ágil memoria para recordar las mil y una anécdotas que él a su manera y con mucha gracia cuenta de la música, del transporte porque fue camionero y de la industria sombrerera que era su oficio impuesto por sus padres.

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Libardo Guzmán,  es toda una institución de historia musical de Sandoná que ha marcado entre dos siglos una valiosa presencia viva de hombre  bonachón y  relator gracioso de las vivencias del pueblo y de las suyas pertenece que a la vez enmarcan ese rico acervo cultural de la región, cuyo testimonio lo ha construido a pulso y que de paso   va dejando huella a las nuevas generaciones.

Hoy al filo de los noventa años y pese a un accidente que  por lo pronto le  ha privado de salir como diariamente lo hacía para mantener un estado saludable e involucrarse en animadas tertulias con sus paisanos, deja notar que su energía, ese espíritu alegre y dicharachero los mantiene intactos.

Libardo, es Sandoná mismo visto desde la cultura musical.