Por: Chucho Martínez
En las elecciones de Udenar, el ganador en cuerpo y alma fue el voto en blanco que sumó entre profesores y estudiantes 6.475 votos frente a 3.603 por la profesora Martha candidata única a la reelección. Pero como el reglamento establece la ponderación en la que un voto de profesor equivale a los de 14 estudiantes, entonces, como por arte de birlibirloque la ganadora es Martha.
Ella reclama respeto por las normas, como en otros tiempos. Olvidando que en otras épocas coincidían las mayorías profesorales y estudiantiles en un candidato. Hoy la ponderación es un anacronismo que choca con la realidad. En la Nacional, las reglas estaban definidas por el C. Superior, por eso nombraron de Rector al profesor Peña quien se posesionó en Notaria. Pero la sociedad hizo prevalecer la mayoría absoluta y el C Superior terminó nombrando al profesor Múnera.
El panorama es más delicado si se lee que hubo candidatos únicos para 5 facultades y 17 departamentos. En Medicina ganó el voto en blanco ponderado, en Humanidades ganó sin ponderación, en 3 Departamentos no hubo candidatos. En varias Direcciones y Decanaturas repiten más de 10 años. ¿Acaso esto no es crisis de la democracia universitaria que acolita la mediocracia o gobierno de los mediocres? Por estar politiqueando la Udenar ocupa el puesto 350 en el Ranking latinoamericano y el 47 entre las de Colombia. Por eso el ministerio de Educación ha tomado atenta nota de esta coyuntura.
Estas elecciones, nos remiten al debate sobre la relación entre el poder y la sociedad, a entender la diferencia entre legalidad y legitimidad. La legalidad se basa en la Ley que no viola la Constitución y normas superiores. La legitimidad es la aceptación y reconocimiento social de la autoridad de alguien o algo. Algo es legítimo si tiene base moral, es justo y equitativo y es aceptado por la sociedad o comunidad”. En este caso, la elección de la Rectora no cumple con ninguno de estos postulados. Maduro tiene legalidad, pero no legitimidad (apoyo popular).
El problema va más allá del voto ponderado, es la crisis del modelo politiquero, clientelista y señorial de hacer elecciones que infortunadamente no reconocen los “ganadores”. De verdad que hay que repensar la universidad.
Rayón: me pueden insultar lo que quieran, pero ganó el voto en blanco.

