Tumaco, aquel paradisíaco destino turístico del sur de Colombia enclavado en la costa pacífica nariñense, ofrece un sinnúmero de atractivos naturales y arquitectónicos que encantan a quienes llegan a este majestuoso lugar.
Entre aquellos elementos que adornan a este encantador sitio, predominan históricos y pesados cañones que junto a ellos reposa una enorme ancla que supera los 500 kilos de peso.
Según Jaime Santamaría, promotor turístico de ´La Perla del Pacifico nariñense’, el cañón Eduviges tiene más de 100 años de antigüedad y, según registros históricos, fue utilizado en la revolución liberal de la Guerra de los Mil Días.
Estos antiquísimos elementos que decoran el malecón que comunica a El Bajito con el puente de El Morro, se complementan con un sendero de aproximadamente 100 metros de extensión, rodeado de palmeras y murales que invitan a propios y visitantes a querer la fauna y flora silvestre.
Para quienes guardan respeto por los históricos hechos religiosos que en las playas de El Bajito sucedieron hace más de un siglo, existe otro atractivo y símbolo turístico que en cualquier época del año atrae a multitudes.
Se trata de la imponente imagen alusiva al fray Gerardo Larrondo, quien según el líder comunitario Felipe Castillo; la iglesia católica recuerda que un 31 de enero de 1906 el religioso protagonizó el denominado ‘Milagro Eucarístico’ el cual asegura que tuvo que ver con posteriores hechos relacionados a un terremoto que afectó a Tumaco.
Paseos acuáticos
Dora Castillo, una madre de familia quien a través de las artesanías elaboradas en conchas y caracoles de mar obtiene el sustento diario para sus hijas, indica que en las aguas del Pacífico los visitantes también tienen la oportunidad de disfrutar de agradables paseos a bordo de motos acuáticas.
“Esos recorridos que también se hacen en lanchas, suelen realizarse entre las playas de El Morro y en los alrededores del viaducto que une a estas encantadoras islas”, comenta al agregar que en estos sitios, también pernoctan diversas especies de aves silvestres de las cuales los cantos y plumajes de garzas, pelicanos, tijeretas sabaneras, gaviotas y fragatas enamoran a los turistas.

