Nuestros abuelos tenían un viejo, pero sabio dicho en que se expresa: “las cuentas claras y el chocolate espeso”, el cual se tiene que aplicar con todo el rigor del caso, en las investigaciones que se vienen haciendo en torno a las escandalosas revelaciones del embajador de Colombia en Venezuela, cargo en el que estará hasta el 23 de este mes, Armando Benedetti, sobre el presunto ingreso de dineros ilegales a la campaña presidencial de Gustavo Petro.
Si, señoras y señores, en torno a este polémico caso, se requiere con urgencia, “las cuentas claras y el chocolate espeso”, puesto que el país tiene el pleno derecho a conocer la realidad de una situación que a simple vista se revela de bastante gravedad, de la cual algunos analistas políticos consideran que apenas se está viendo la punta de un gigantesco iceberg.
En efecto, nos parece que no se equivocan quienes afirman que este episodio es tan delicado, como el que hace algunos años afectó al entonces, presidente de la República, Ernesto Samper Pizano, quien fue acusado de haber recibido dineros para la financiación de su campaña, provenientes del narcotráfico.
Ahora el caso del presidente Gustavo Petro presenta inquietantes similitudes, por lo que era de esperarse el llamado hecho en las últimas horas por la Fiscalía General de la Nación, para que el señor Benedetti, el viernes 23 de junio, ante esa dependencia, una declaración sobre las presuntas irregularidades, de las que él dice saber, se habrían presentado en la campaña electoral del actual mandatario nacional.
Si, señoras y señores, en torno a este polémico caso, se requiere con urgencia, “las cuentas claras y el chocolate espeso”, puesto que el país tiene el pleno derecho a conocer la realidad de una situación que a simple vista se revela de bastante gravedad, de la cual algunos analistas políticos consideran que apenas se está viendo la punta de un gigantesco iceberg.
En ese sentido, nos parece significativo que la Fiscalía General de la Nación, al tiempo que exige la presencia del exsenador, también llamó a otros funcionarios, en la investigación por la extraña muerte del oficial de la Policía, Óscar Darío Dávila Torres, asignado a la Presidencia de la República, quien supuestamente se quitó la vida el pasado fin de semana. Al respecto, es de señalar que Dávila Torres, fue señalado de haber participado en las interceptaciones telefónicas a las dos exniñeras de la exjefa de Gabinete, Laura Sarabia
Lo cierto es que no se puede negar que todos estos episodios: una de las niñeras de Sarabia, acusada del robo de una gran cantidad de dinero, lo que puso fin al cargo de la funcionaria y al puesto de Embajador de Benedetti; la utilización ilegal del polígrafo, el audio filtrado del exsenador, donde hace alusiones a la entrada ilegal de dineros a la campaña del presidente Petro, en las que menciona la suma de 15 mil millones de pesos y, ahora, la misteriosa muerte del oficial adscrito a la Presidencia de la República, forman un enigmático entramado, en el que, la opinión generalizada que se tiene, es que faltan muchas cosas por saberse o descubrirse, de lo que sería uno de los más gigantescos escándalos de los últimos años en nuestro país.
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Por ello, cada uno de nosotros como colombiano y colombiana, tiene el pleno derecho a lo que realmente ocurrió en lo que por el momento se presenta como una especie de novela de misterio en la que ya hay una muerte, en la que las opiniones están divididas entre suicidio y asesinato.
De esta manera, esperaremos con mucho interés lo que Armando Benedetti, le diga a la Fiscalía General de la Nación ese viernes 23 del presente mes, a ver sí, por fin se comienza a despejar aunque sea en parte, la incertidumbre, que le causa al país, todo lo que viene pasando en estos momentos.

