Ricardo Sarasty

LA VENTOLERA DE UN NUEVO DEPARTAMENTO

Debería titularse mejor y decir la ventolera de dos nuevos departamentos porque lo que se proyecta por estos días en el recinto del Congreso es la aprobación de la creación de dos nuevas entidades territoriales, la una allá en la costa atlántica y la otra por acá cerquita, en el pacífico vallecaucano y nariñense. Los motivos aducidos por los líderes independentistas que proponen crear los nuevos departamentos no son otros que el reclamo de la autonomía y mayor inversión para el desarrollo de estos territorios a los cuales, según ellos, los gobiernos nacional y regional no han mirado con interés siempre. Y si se observa sin apasionamientos, detenidamente la situación en la que se encuentran los lugares que van a conformar ambos departamentos pues da para decir que si, que tienen razón los promotores de la modificación al artículo 309 de la Constitución Política mediante el cual se quiere dividir a unos departamentos para sumarle dos mas a la totalidad de ellos, el del Surcaribe y el Pacífico. Pues pese a que han contado con una clase política bastante activa y reconocida los beneficios en infraestructura, educación, salud y desarrollo económico no los han tenido, su pobreza y subdesarrollo ya son legendarias en un país que se acostumbró a ver los territorios que los conformarían porque son simples referentes de una riqueza minera, agrícola y hasta cultural expoliada o dueños de un pasado glorioso, si se quiere decir a la manera de esos recordadores de años memorables.

Sí, los impulsadores de la creación de las dos nuevas entidades territoriales dicen que les llegó la hora a los pueblos reunidos en ellas de tener un mejor presente y futuro. Con autonomía y esta autonomía debe entenderse como independencia presupuestal, primero que todo, luego libertad para decidir sobre el uso y manejo de sus recursos naturales, sobra advertir en esta parte, que son muchos aún. Así hayan sufrido la explotación más inmisericorde desde los años de la colonia. Junto a estas pretensiones se allá la de darle solución a los problemas de la violencia y el abandono, que se debe ver como uno solo en tanto que el abandono en si mismo es violencia y causa fundamental de ella. Ahora si el solo reconocimiento legal de la autonomía y la libertad fueran garantes de cambio hacia mejores condiciones de vida para los habitantes de estos territorios, debería saludarse con efusividad y respaldarse sin reparos la aceptación a la propuesta de modificar la constitución en el aparte que permite darle vía libre a le creación de nuevos departamentos, igual a como sucede con la creación de nuevos municipios. Pero lo que ha sucedido, ya en la realidad con los nuevos municipios creados como aceptación de similares argumentos es que ha resultado peor el remedio que la enfermedad.

loading...

Presentadas así las condiciones en las que han permanecido las poblaciones a las cuales se pretende favorecer con la creación de los dos departamentos, sería insensato oponerse. Mas no es ese todo el panorama. No es solo de los gobiernos central y de los regionales la culpa de su atraso, abandono y violencia. Tomando como ejemplo lo vivido en Nariño, la costa pacífica del Cauca y el Valle, también se evidencia la existencia del depredador en su propio suelo, cosa más peligrosa aún que el desdén con el que se los ha visto desde afuera y de la poca participación que han tenido en el usufructo de sus recursos. La memoria ante esta propuesta de independencia manda a recordar la clase de dirigencia política que al interior de estas regiones se ha dado. Politiqueros que no solo vendieron sus conciencias a la corrupción blanca, sino que terminaron entregando con ella a toda la región. He ahí el peligro. ricardosarasty32@hotmail.com