Según Heidy Melissa Bautista, Docente del Programa de Ingeniería Industrial Universidad de América, la transformación digital no es un problema tecnológico, es un desafío humano y territorial. Ningún país se transforma solo con plataformas, conectividad o inteligencia artificial si sus regiones no participan con talento, formación y capacidad real de cambio.
En Colombia se ha instalado la idea de que la digitalización avanza al ritmo de las grandes ciudades. Pero esa narrativa desconoce una realidad evidente: mientras en los centros urbanos la conectividad es estable, en muchas regiones la energía se interrumpe, las telecomunicaciones son frágiles y el acceso físico sigue siendo limitado. Exigir los mismos estándares digitales en contextos tan desiguales no es ambicioso: es irreal.
Las regiones no fallan por falta de voluntad. Fallan porque se les pide digitalizarse sin considerar sus condiciones estructurales. Allí donde la conectividad es intermitente, la transformación digital debe comenzar por lo básico: generar información confiable. Antes que plataformas complejas, se requieren registros simples, trazabilidad mínima y prácticas iniciales de gestión de datos. Sin datos, no hay decisiones; sin decisiones informadas, no hay transformación.
Pero incluso ese primer paso depende de un factor insustituible: el talento humano. La formación continua, situada y orientada a resolver problemas locales es lo que permite que la tecnología no sea un elemento impuesto, sino una herramienta apropiada. Capacitar mientras se implementa —y no después— es la única forma de evitar que la digitalización excluya a quienes más la necesitan.
Cuando el conocimiento se construye desde los territorios y se integra de manera gradual con la tecnología, las regiones dejan de ser espectadoras y se convierten en protagonistas del desarrollo nacional. De lo contrario, la transformación digital no solo fracasa: profundiza las brechas que dice querer cerrar.
Colombia no necesita más discursos sobre digitalización. Necesita entender que sin talento humano formado y empoderado en las regiones, no hay transformación posible.

