Miguel Hernandez

LA TRADICION NAVIDEÑA

POR: MIGUEL HERNANDEZ

Parece que el tiempo corre con demasiada prisa y cuando todo lo tenemos encima y nos damos cuenta que es demasiado tarde para recapacitar y analizar lo que quedó atrás, como si fuera agua que se va entre los dedos, más aún en estas épocas de navidad y año nuevo donde los tiempos y las acciones se quedan grabadas en nuestras mentes para siempre.

Hace algunos años, digamos 25 años para atrás las tradiciones navideñas estaban muy apegadas y eran nuestras costumbres nuestra forma de ser, nuestro anhelo de volverlas a vivir y participar, para dejar un lindo recuerdo que fuera añorado un año después y seguir celebrando año tras año si darnos cuenta que los años llegaron nuestra niñez fue pasando, igual nuestra juventud que solo el recuerdo va quedando de aquella época feliz.

Pareciera que las costumbres que encontramos en aquella época, no crecieron junto con nosotros, las utilizamos y festejamos con ellas dejándolas a un lado del camino mientras hacíamos nuestro tránsito a nuestra madurez. No trajimos nada a nuestra juventud ni mucho menos a nuestra vejez todo se quedó allá donde alguna vez nos vimos.

Hoy solo los recuerdos es el ligero recuento de aquellas horas de aquellos días que, a pesar de ser de pocos recursos económicos, pero la felicidad era lo primordial en las fiestas decembrinas para pasar dichoso y contento.

Llegando la noche de las velitas era el inicio de toda la algarabía en las calles, en esa fecha ya estábamos en vacaciones de mitad de año lectivo en un calendario que era intocable en aquel entonces, pues la entrada a la casa por mandato de nuestros padres autoritarios y sobreprotectores después de las 10 de la noche con el respectivo regaño.

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Hablar y no contestar, palito en boca, zapatico dorado, el tope, (darse un moderado golpe en la espalda) y el más popular entre los adolescentes el beso robado, y muchos más juegos de aguinaldos decembrinos los cuales se acentuaban más en los días de novena entre los amigos y familiares después del rezo hasta el 24 de diciembre.

Los distintos juegos de calle como los conocíamos el bombón, el oa, el lazo, los Pines, Yermis, carne seca, (escondiendo una correa), la cueva, la liber, olla encantada, la sortija y muchos y muchos juegos que la memoria no me alcanza a enumerarlas.

Es una lástima que las actuales generaciones del municipio de Pasto y de otros lugares del departamento de Nariño no hayan tenido la oportunidad de divertirse con tan sanos y creativos juegos de antaño.