La tortuga charapa, conocida científicamente como Podocnemis expansa, es la especie de tortuga de agua dulce más grande en Sudamérica y enfrenta una alarmante disminución en su población en Colombia, especialmente en la cuenca del río Meta. Esta reducción drástica ha llevado a que su población sea de menos de 10,000 ejemplares en todo el país.

Factores que amenazan a la tortuga charapa
La caza intensiva para el consumo de su carne, la pérdida de su hábitat y el saqueo de sus nidos son las principales causas de la disminución de esta especie. Con longitudes que alcanzan hasta 1.5 metros, la charapa es una especie emblemática de los ríos de la Orinoquia. Sin embargo, su tamaño y hábitos reproductivos la hacen más vulnerable. Las hembras, al salir a tierra para depositar sus huevos, se exponen más a los cazadores en comparación con los machos, que permanecen en el agua de manera permanente. Cada hembra puede poner hasta 120 huevos por temporada, lo que significa que su caza afecta significativamente la supervivencia de la especie.
Consumo y arraigo cultural
La carne de la tortuga charapa se consume en la región, especialmente en festividades como Semana Santa, y se utiliza en platos tradicionales como las hallacas de tortuga. Además, sus huevos, por su alto contenido de grasas, se emplean en la elaboración de dulces típicos muy apetecidos por los lugareños y visitantes.
Estado de conservación
En Colombia, la tortuga charapa habita en las cuencas de la Amazonia y la Orinoquia. Según datos históricos, solo en el río Orinoco en área venezolana, las hembras nidificantes pasaron de ser más de 330,000 en 1800 a unas 1,000 en 2010, tendencia que también se ha observado en la cuenca del río Meta. Por esta razón, la especie está catalogada en el Libro rojo de reptiles de Colombia y por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) como en “estado vulnerable” y “peligro crítico de extinción”.
Estudio y monitoreo
La bióloga Mónica Tatiana Nieto Vera, en su tesis para la Maestría en Ciencias – Biología de la Universidad Nacional (UNAL), monitoreó por telemetría sónica a 16 hembras adultas de charapa en el medio río Meta. Durante dos años, en alianza con la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS) Colombia y la Alianza para la Supervivencia de las Tortugas (TSA), estudió el comportamiento y las amenazas de esta especie.
Propuestas de conservación
Aunque los lugareños han utilizado las tortugas como una fuente secundaria de proteínas, ahora ven un incentivo económico en su venta. La combinación de caza furtiva y comercio ilegal ha contribuido a un descenso drástico en el número de tortugas charapas en Colombia. Por ello, una de las propuestas de la investigadora es establecer el sitio como una reserva de la charapa para su protección y conservación.
