Ricardo Sarasty

La realidad mediatizada

Por: Ricardo Sarasty.

Se debe comenzar por leer el título de esta columna como tan solo eso y no como una aseveración, porque así no tiene sentido. Pues la realidad una vez mediatizada deja de serlo, porque pasa a depender de los sujetos que la aprehenden y la procesan para luego presentarla mediante la opinión como fenómeno, idea o concepto, para el cual se reclama la calidad de verdadero. Pretensión diaria de los llamados medios masivos de comunicación. Así entonces, es como el robo de un teléfono celular se cuenta, pero no como un suceso en sí, sino como el pre-texto que pone como noticia del día la inseguridad. Hacerlo consiste en someter al suceso a pasar por el proceso que requiere cualquier acontecimiento si se quiere convertirse en noticia. Por ejemplo, se requiere que la imagen de la inundación de un poblado sume a los elementos propios de un hecho extraordinario, todo cuanto se cree conveniente que debe tener para generar reacciones en los que la ven.

Dice la teoría de manejo de medios y comunicación, que todo proceso comunicativo es un circuito que inicia con el comunicador, prosigue con el mensaje transmitido a través de un formato y se cierra con la respuesta o efecto producido. Así las cosas, no está mal decir que la noticia se fabrica, más no se inventa. En tanto que los hechos, sustento de la noticia, no son ficticios. La primicia es un producto que se ofrece con elementos de la realidad, no obstante, para contar con la seguridad de que va a ser consumida por el grueso del público, como todo producto comercial, debe de ir revestida de un valor agregado. Ya lo decía el mejor reportero que tubo el periodismo colombiano, Gabriel García Márquez, si se contara que un perro mordió a un cartero, así no más, no seria una novedad, pues para serlo debe de extrañar, sacar de la realidad, a quien oye el relato de lo acaecido, por lo que recomendaba contar que fue el cartero quien mordió al perro. Con este ejemplo el premio nobel llevaba a entender en que consiste vender una noticia, y no es propiamente el contar sólo el acontecimiento.

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Si se revisaran las páginas de los medios impresos, o se retrotrae el contenido de los noticieros de la televisión y la radio, desde el primer día de posesionados como presidente y vice presidenta: Gustavo Petro y Francia Márquez, vamos a encontrar que todo cuanto se menciona como revelaciones son hechos que pese a que no son nuevos se ponen como tal para producir la noticia. O sea, para poner a hablar sobre el gobierno, en favor o en contra de los intereses de los que están detrás de la elaboración del informe. Con la intención de que se vean como acciones raras en cualesquiera de sus órdenes institucionales, estratos sociales, condiciones geográficas y económicas, convirtiendo en noticia desde el uso de un helicóptero que transporta a la Señora vicepresidente, hasta el derrumbe de las carreteras afectadas por las lluvias torrenciales desde hace muchos años antes de esta presidencia. Los muertos en el enfrentamiento de bandas criminales que no son solo de estos últimos 9 meses o los niños desnutridos que mueren por falta de atención medica en la Guajira y la costa pacífica desde los días de otros presidentes. Hechos que ahora vuelven a ser insumos de la idea que se quiere poner a rodar entre la masa como noticia: el gobierno fracaso con su proyecto de transformación del país, los gobernantes de izquierda también son corruptos

Ante este manejo parcializado de la información por parte de los grandes emporios de la comunicación, vale preguntarse por la ética y la moral con la que se arropan y cubren el acontecer diario.