Por: JORGE HERNANDO CARVAJAL PÉREZ
Anteayer, cuando saboreaba un sabroso almuerzo en el sector de la Avenida Los Estudiantes, uno de los comensales, al lado de mi mesa, se levantó y me saludó.
“Ve mi amigo que casi me quiebra el banco”, me dijo. Lo mire con extrañeza. ¿No se acuerda? Fue hace varios años. Usted entró a mi banco con un fotógrafo cuando estaba lleno y pidió hablar conmigo que era el gerente. Cuando desde el mezanine, mi secretaria le preguntó para qué, usted dijo, vengo a hacer la información sobre la quiebra del banco.
Y, sí, entonces me acordé. Yo estaba recién llegado a Pasto, trabajaba en DIARIO DEL SUR y mi jefe, que en ese entonces creo que era el doctor Miguel Ángel Bedoya, me dijo que fuera hacer un informe del banco X, situado en la Plaza de Nariño, el cual iba a anunciar su quiebra.
Solo que había dos bancos pegados el uno al otro y no nos habíamos dado cuenta y el fotógrafo y yo nos metimos al primero y cuando a grito herido para que se me escuchara desde el segundo piso, dije que venía a informar de la quiebra del banco se formó la desbandada y la gente comenzó a gritar como loca.
¡Cómo así estos ladrones hp, van a quebrar y siguen recibiendo plata! y en cuestión de segundos se formó un motín puesto que los clientes dejaron de hacer fila e intentaron llegar hasta la oficina del gerente con la evidente intención de agredirlo.
Fue entonces, cuando desde arriba, el gerente me dijo desde arriba. “Señor Carvajal, el banco que va a quebrar es el del lado. Ustedes se metieron al que no era… Luego al mirar después de tantos años al exgerente que estuve a punto de no jubilarse por culpa mía, pues la gente lo quería linchar, no pude evitar estallar en carcajadas. Después de todo, recordar es vivir…