Hace aproximadamente 90 años surgió en el departamento de Nariño La Ñapanguita, una heladería de gran reconocimiento y que actualmente se encuentra en el barrio San Ignacio de Pasto.
La iniciativa fue de Luis Suárez, quien por sus experiencias vividas en Ecuador y en la misma zona sur de Colombia, comenzó con la venta de helados de paila, poniéndole el nombre de esa mujer mestiza que identifica a la región.
Desde hace 25 años, la heladería está en manos de Jaime Chicaiza, bisnieto de Luis. Sin embargo, Hilda Trejo, madre del actual dueño, comenzó a trabajar con su abuelo en esta empresa.
Para él la mencionada heladería es una pasión y una alternativa importante de ingresos, combinándolos con su profesión de profesor universitario, asesor de proyectos y también está vinculado con una fundación. Estas ocupaciones no le impiden para cada día atender mejor a la clientela que arriba a La Ñapanguita.
Variedad de helados
“Hace 25 años con mi mamá reabrimos el negocio en la esquina de donde es hoy, en el cual atendíamos en una carpa. Ahora tenemos mucha competencia, con aproximadamente seis heladerías cercanas, ante lo cual hemos diversificado los productos, ofreciendo raspados de frutas, se vende helado con figuras y ensaladas de frutas con helado de paila, brownie y galletas, entre otros servicios”, dijo Jaime Chicaiza.
Además, manifestó que cuenta con la vinculación de sus hermanos Mario que es el contador y Amparo que maneja la producción.
Otro aspecto fundamental de la heladería es que hay 22 empleados, la mayoría universitarios que por su tiempo solo trabajan sábados, domingos y festivos, mientras que hay dos trabajadores fijos.
“Más de 30 profesionales han salido de aquí. Luego a ellos se los recomienda para otros trabajos. La idea para el futuro es expandirnos, aunque contamos con un negocio en Bogotá con más de 30 años que es manejado por mi hermano Harold, el cual cuenta con una enorme clientela”, manifestó.