POR: MIGUEL HERNANDEZ
Un asunto bastante controversial en nuestro tiempo, ya que nuestra ciudad ha crecido desordenadamente para todos los puntos cardinales y esto hace que las calles y carreras sean cortas o tal vez sin salida para ninguna parte, o como decimos popularmente “calles mochas”, de allí que tengamos que dar vueltas para ir a donde tenemos que llegar haciendo tremendas vueltas y, de esos sitios en Pasto son muy comunes a la hora llegar a un punto estratégico.
En Pasto no tenemos una movilidad completa, ni a medias, apenas una décima parte, pues déjeme decirle que nos rajamos, porque la movilidad es paquidérmica, porque las calles están en pésimas condiciones, los semáforos que instalaron los dejaron a medias ya que no están coordinados las calles con las carreras y se pierde mucho tiempo haciendo una pequeña vuelta en lugares de congestión vehicular y de personas.
Por ejemplo, para llegar al sector de Bomboná toca dar una vuelta enorme hasta la carrera 27 y cruzar a la derecha por la calla 14 de cualquier sitio del centro de Pasto toca hacer ese giro, no hay entradas por la calle 13 porque está en el mismo sentido de la calle 14. Quisiera saber quién es ese genio que cambió los sentidos de las calles. Lo mismo pasa si vamos a subir y llegar al Teatro Imperial toca cruzar por la carrera 24 hasta la calle 14 y bajar por la 26.
Allí son dos carreras en el mismo sentido que a la vez no tiene sentido, subir por la carrera 24 desde el mercado de Los Dos Puentes hasta el barrio Obrero es como subir por escalinatas, pero en carro. Algo hay que destacar es en la carrera 27 (la nueva avenida de los pastusos), donde los semáforos están coordinados y se avanza desde el sector del Pedagógico hasta la Panamericana y sigue hasta Mijitayo, sin causar trancones.
También hacen falta los semáforos de puntuación que ya se agotaron o ya se quemaron, pues son necesarios para estar pendientes a la hora de arrancar cuando el semáforo anunciaba la luz verde. Si la Secretaría de Tránsito colocara agentes en los semáforos, estaría pendientes haciendo comparendos a todos los conductores que al momento de la luz en rojo se quedan embobados con el celular y los mototaxistas también lo usan.
Si de peatonalizar el centro se trata la Alcaldía ya debe prohibir el paso de los buses de servicio urbano por el centro y más aún por la plaza de Nariño. Sobre todo las calles 18 y 20 son angostas y los buses detienen el tráfico porque son demasiados lentos y desesperan a cualquiera, peor cuando en las horas de la madrugada si se topan con un bus transitar por la calle 20 es una tortura, lo hacen a 5 kilómetros por hora.
Ojalá que le pongan los ojos en los cruces y esquinas de la plaza de Nariño, sector de la iglesia de La Merced, el cruce de la iglesia de San Agustín, la esquina de la carrera 25 con calle 17, la calle 18, desde el sector del parque Atahualpa hacia el centro, totalmente partida, averiada y necesita con urgencia un reparchao antes que llegue los turistas al carnaval.