EDITORIAL

LA MALA HORA DE LOS AGRICULTORES

No cesan las lluvias en vastas zonas del departamento de Nariño, motivo por el cual hoy se tiene un alarmante balance de 3.200 hectáreas afectadas en la región, lo que va en detrimento de 2.100 productores, de acuerdo con las cifras que vienen manejando las autoridades locales.

La realidad, triste y desalentadora, es que estamos atravesando por una destructiva temporada de lluvias, una de las más fuertes de los últimos años, la cual ha provocado la sistemática destrucción de toda clase de cosechas.

Pero, igualmente las lluvias han causado graves inundaciones ante el desbordamiento de quebradas y ríos, con graves daños en viviendas y pérdida de enseres, lo que en estos instantes deja en nuestra región centenares de damnificados en los diferentes municipios del departamento, en especial en la costa Pacífica.

Ahora nos preocupa, el alto número de hectáreas cultivables que hacen parte de las estadísticas de los estragos que se vienen registrando en Nariño, a consecuencia de los fuertes aguaceros, puesto que esto está dando lugar a enormes perjuicios para los trabajadores del campo, quienes sin poder hacer absolutamente nada, han visto como su trabajo y esfuerzos de muchos meses se han perdido en cuestión de horas, lo que naturalmente genera una delicada situación de emergencia.

«Nos preocupa, el alto número de hectáreas cultivables que hacen parte de las estadísticas de los estragos que se vienen registrando en Nariño, a consecuencia de los fuertes aguaceros, puesto que esto está dando lugar a enormes perjuicios para los trabajadores del campo, quienes sin poder hacer absolutamente nada, han visto como su trabajo y esfuerzos de muchos meses se han perdido en cuestión de horas«.

De allí, la comprensible alarma de la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural de Nariño, entidad que en su reporte señala que la intensidad de la temporada de lluvias en esta zona sur del país, es la causa de graves afectaciones, en lo que tiene que ver con la infraestructura y en la producción agrícola en la región, situación que en un momento dado ser mucho peor, puesto que el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, Ideam, ha dado a conocer un reporte, en el que se anuncia que es posible que las fuertes lluvias se prolonguen hasta el mes de junio, por lo que en ese sentido, el futuro se presenta bastante sombrío.

Por lo pronto, las fuertes precipitaciones, causa de destrucción de cultivos en municipios como Arboleda, Santa Bárbara, Funes, San Pablo y San Bernardo, entre otros, afectan de manera principal la producción de productos básicos de la Canasta Familiar, como lo son la papa, el maíz, café, frijol, plátano, yuca, alverja, uchuva, cebolla, tomate, aguacate y frutales, como la mora y el lulo, con pérdidas que hasta el momento son incalculables.

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Es importante también, con el ánimo de establecer las ayudas que puedan prestar los gobiernos departamental y Nacional, establecer, mediante la realización de un censo del número de personas que en estos momentos han resultado afectadas por esta temporada de lluvias e igualmente, contar con datos estadísticos en lo que tiene que ver con las zonas afectadas, en lo relacionado con todos los estragos que se han presentado hasta el momento. Es por ello, que es coherente el llamado que acaba de hacer la Gobernación de Nariño a todos los sectores productores del departamento, para que contribuyan con sus reportes, a la elaboración de un detallado informe en torno a los daños causados por esta temporada de lluvias, que prácticamente nos ha azotado durante todo lo que va corrido del año    

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Igualmente, creemos que los pronósticos del Ideam, sobre la continuidad de la temporada de lluvias, durante dos meses más, debe ser tenida muy en cuenta, para fortalecer las campañas de prevención, mediante las cuales se puedan mitigar los daños que siguen causando las fuertes precipitaciones, por lo que los señores alcaldes, tienen una enorme responsabilidad, en lo relacionado con estas acciones de las que puede depender la vida de muchas personas.