Sofonías Rodríguez M.
Es un mal casi que endémico que en la mayoría de los casos la intolerancia haya sido y siga siendo causa determinante para crear a diario hechos de violencia por todo lado y por diferentes motivos.-Desafortunadamente en muchos momentos del devenir cotidiano, cualquier actitud que choca con lo normal despierta ese abominable monstruo que altera líneas del normal comportamiento humano.
Y haciendo un análisis de lo que pasa con este inocultable defecto, es que sin importar el escenario, la intolerancia como que coquetea a diario y quizá nos imaginemos que hasta disfruta de las inadecuadas maneras de hacer vida en común.-En la familia, en la oficina, en los establecimientos educativos, en entidades de salud, en el deporte, allí parece que está atenta la intolerancia para entrar de cuerpo entero en la gente que cae rendida ante sus pies.-
Siempre se tiende a pensar y con frecuencia que la tolerancia significa “aguante” o a soportar situaciones por temor a crear conflictos. Algunos estudiosos sostienen que debe ser considerada como “gozosa labor” y búsqueda activa del punto preciso de encuentro de nosotros con el otro, entre nosotros y la persona que es diferente en su manera de ser, de pensar y de actuar. En otros términos la vida depende de nuestra capacidad de convivir.
Pero haciendo alusión a la intolerancia que nos tiene ganado terreno en todos los campos, hay que tener en cuenta algunos factores que facilitan la intromisión de esta negativa actitud y en “Valores, Familia y Sociedad” encontramos de primera a la rigidez dueña de personas que ofrecen resistencia a todo tipo de cambio, que según su criterio, las cosas deben seguir siendo lo que son y no se puede mejorar.
La impaciencia siempre se da, cuando la persona se deja llevar por la prisa, el afán y la ira, procediendo de una manera brusca y descortés al punto de herir los sentimientos de otros. Por lo general actúa de una manera impulsiva y precipitada, desconociendo en todo momento espacios donde obliga recurrir a la espera en ocasiones razón muy justificable y a la vez comprensible.-
La prepotencia cuando la persona subestima la capacidad de los otros, sus iniciativas y talentos. Se cree dueño e la verdad y su actitud fomenta resentimientos y actitudes de rechazo alejándose por completo de esta clase de gente.-Esto nos lleva a autoevaluarnos en nuestras formas de proceder ante los demás y ojalá antes que nos señalen como intolerantes y demostremos que la vida nuestra familia y la educación nos han enseñado a respetar la diferencias.