“A propósito de los Carnavales de Negros y Blancos, cada año nos llenan de orgullo y reconocimiento hacía nuestros artesanos, quienes hacen posible que propios y extraños, admiremos las monumentales y maravillosas figuras construidas con sus propias manos. Pero en esta ocasión, hago referencia a los mismos, en relación con las consideraciones económicas de fin y comienzo de año, entre Colombia y Ecuador.
El comportamiento económico en la frontera Colombo Ecuatoriana del departamento de Nariño, al finalizar el año 2024 y comienzo del año 2025, permite observar los efectos económicos que suceden en las poblaciones de dicha frontera, siendo en el lado colombiano en donde los eventos culturales generan una gran afluencia turística que incide en los ingresos monetarios de productores, intermediarios y vendedores, permitiendo un movimiento alto de la tasa de cambio Dólar-Vs-Pesos, y los efectos en las relaciones socioeconómicas a partir de los cambios de precios en los bienes y servicios que se ofertan con efectos de revaluación y de devaluación de las monedas.
Como es de conocimiento para las poblaciones de la frontera especialmente Ipiales y Pasto, la devaluación de la moneda (Peso) respecto al dólar estimula una fuerte comercialización con características de exportación a menor escala, debido a la alta demanda de bienes de consumo por parte de micro comercio y familias ecuatorianas, quienes aprovechan las ventajas comparativas de precios y calidades de los bienes que se ofertan.
La devaluación del peso con respecto al dólar estadounidense, tiene un impacto significativo en la frontera; una de las principales es la pérdida de competitividad de los productos ecuatorianos en el mercado colombiano debido a que la devaluación del peso permite que los productos colombianos se demanden a precios más baratos para los consumidores ecuatorianos y los productos ecuatorianos más costosos para los consumidores colombianos, esto hace que los comerciantes ecuatorianos que dependen del mercado colombiano reduzcan sus ventas y ganancias debido a la menor demanda de sus productos.
Sin embrago la devaluación del peso colombiano puede beneficiar a los exportadores colombianos debido a sus productos que se vuelven más competitivos teniendo en cuenta que a nivel de la región fronteriza los beneficios pueden ser limitados debido a las oscilaciones devaluativas del dólar o del peso.
Como se puede ver la devaluación del peso puede tener un impacto negativo a nivel de comercialización y proyección de iniciativas productivas en las dos regiones y en la lógica del capital a nivel de las industrias y economías populares a nivel binacional, siendo importante tener en cuenta que debido a la recuperación económica en Colombia la devaluación del peso es menor lo que representa que el fenómeno comercial de la frontera se reactiva para la región del norte ecuatoriano y se disminuye para la región sur del departamento de Nariño, lo que incide en los nuevos emprendimientos a nivel regional”. (Docente ESAP Esp. David Villarreral).
“En uno de los tantos encuentros con líderes sociales y estudiantes de Administración pública de la subregión de la cordillera, enfocamos la problemática social que enfrentan las mujeres mineras, ahí donde los detalles ocultos del trabajo llamado BAREQUEO Y MORREO y el trato al cual se enfrentan determina su situación familiar y personal, situación que a diario arriesga la vida y la supervivencia de manera infrahumana de niños, niñas jóvenes adultos y mayores, sometidos sin saber a condiciones de explotación por grupos que monopolizan el territorio aurífero de los afluentes hídricos del rio Patía.
Hasta el año 2020, la actividad minera se realizaba de manera artesanal por pequeños grupos de personas que conocían el oficio de la transformación del oro en joyas dándole un valor agregado el cual contribuye de alguna manera a aumentar los ingresos de las mujeres. Sin embargo, en la actualidad el oro producido se utiliza para comercializar a gran escala y vender a intermediarios que acaparan gran parte de la producción para enviar a las industrias transformadoras, situación que viene incrementando la inversión en máquinas extractoras y con ellas los impactos ambientales y deterioro de las fuentes de agua de la región.
Los cambios operativos del ejercicio minero artesanal al procesos mecanizado son producto de las nuevas políticas de erradicación y rebaja de la demanda de cultivos ilícitos, situación que ha obligado a amplio sector campesino y a inmigrantes a trasladar sus operaciones productivas a la actividad minera en donde se incluye la mano de obra de la mujer en la parte operacional como barequera o morriera , condición laboral que se desarrolla al momento que las máquinas acondicionadas para trabajo pesado intervienen los peñones o rocas que se encuentran en el rio y que la maquina les hace cortes milimétricos para localizar las vetas de oro, es aquí donde las mujeres intervienen recogiendo y lavando los desechos de las máquinas y enfrentando la violencia competitiva por un gramo de oro que se encuentre.
Como se puede ver las nuevas tendencias económicas que se fijan en el mercado del oro, impactan en la cultura tradicional de los raspachines hombres y mujeres para convertirlos en obreros de las grandes extractoras en su mayoría ilícitas que socavan la tierra y horadan las quebradas y riachuelos del gran Patía, proceso que incluye mujeres jóvenes y mayores que nos cuentan con la atención y protección estatal que garantice su supervivencia después del acarreo en sacas las arcillas y pedazos de roca para reiniciar un nuevo barequeo y morreo en su afán de encontrar un gramo de oro no recuperado.
Hito que contraviene los logros alcanzados en la convención para la eliminación de toda forma de discriminación contra la mujer: derechos de la mujer como derechos humanos, los cuales se agruparon en: derechos políticos o civiles, derechos económicos, sociales y culturales, derechos sexuales y reproductivos”. (Docente Especialista ESAP – David Ernesto Villarreal V).

