La guachafita en Brasil

Por: Carlos Álvarez León.

Sin duda el acontecimiento internacional del mes será los sucesos en Brasilia en la Plaza de los tres poderes sede del ejecutivo, judicial y legislativo, en éste último donde funcionan las cámaras lugar de mayor impacto de los bochornosos desordenes protagonizados por la ultra derecha bolsonarista del expresidente que perdió las elecciones frente a Luis Ignacio Lula Da Silva. Fue un asalto atentatorio contra la democracia recién triunfante en las elecciones del domingo no hace 15 días. Lo más atroz (así se puede calificar) fue la pretensión de los amotinados en gran número, de que los militares derrocaran al nuevo presidente. Esto raya con la idiotez de unos fascistas seguramente motivados por su líder Jahir Bolsonaro. En una democracia se puede y se debe protestar y hacer sentir el descontento, pero no a ese extremo de desconocer unas elecciones presididas justamente por el perdedor con clara mayoría para el opositor.

Por otro lado, llama la atención el parecido con los bochornosos acontecimientos protagonizados y azuzados por el presidente Trump de los Estados Unidos cuando perdió las elecciones frente al presidente Biden. Por tales hechos la Cámara estadounidense ha reconocido su culpabilidad en una nación donde era inconcebible que aquello sucediera, igual que en Brasil una turba pidiendo un golpe de estado a los militares.

El presidente Lula Da Silva va a tener dura labor para tratar con mano de plomo (que no el de las balas) para venir a las facciones que dividen al Brasil. Pensamos que en el gobierno de Colombia del Presidente Petro, puede encontrar un modelo de como unir al país. Claro ejemplo es el nuevo proceso de Paz Total tratando de tomar la foto entre muchos grupos insurgentes y criminales. La situación de Brasil es delicada pero mucho más la de Colombia. Solo pensemos en los 70 años de violencia y guerra.