A 20 días para la realización de las elecciones presidenciales tenemos que la situación en nuestro Departamento de Nariño, no es la mejor para afrontar ese transcendental proceso, a consecuencia de la delicada situación de orden público que se vive en la costa Pacífica.
En las últimas horas la ONG Médicos sin Fronteras, MSF, reportó desde Magui, Roberto Payán y Barbacoas, un gigantesco desplazamiento de cerca de 5 mil personas, quienes se han visto obligadas a abandonar su territorio debido a los episodios de violencia, enfrentamientos e intimidaciones protagonizados por grupos armados al margen de la ley que de disputan territorio para actividades del narcotráfico.
En este orden de ideas tenemos que decir que el panorama no puede ser más desalentador de cara a los comicios por la Presidencia de la República, que se llevarán a cabo el 29 del presente mes de mayo.
«A 20 días para la realización de las elecciones presidenciales tenemos que la situación en nuestro Departamento de Nariño, no es la mejor para afrontar ese transcendental proceso, a consecuencia de la delicada situación de orden público que se vive en la costa Pacífica».
En efecto, lo que tenemos al frente es un Triángulo del Telembi que arde, con esos miles de hombres, mujeres y muchos niños, quienes de la noche a la mañana y de manera abrupta, se han visto obligados a salir huyendo de sus territorios, como única alternativa de evitar convertirse en víctimas de los episodios de violencia que tienen como escenario estas abandonadas regiones de nuestro Departamento de Nariño.
De acuerdo con el reporte que acaba de entregar en las últimas horas Médicos sin Fronteras, lo que se vive en estos instantes en esos municipios de nuestra costa nariñense es angustioso y terrible, ante ese éxodo de miles de personas humildes, quienes no tienen donde ir y, por lo tanto, afrontan grandes necesidades.
Se trata de desplazados que al menos, por el momento no tienen muchas posibilidades de ayuda, puesto que, los municipios a los que hacemos referencia, son de una extrema pobreza, la cual impide a sus administraciones municipales, disponer de recursos para atender a tan elevado número de personas.
Estamos hablando entonces de una crisis humanitaria de enormes proporciones, la cual debe obligar a las administraciones seccionales y nacionales a proceder a una inmediata ayuda.
Sobre el particular, nos duele decir que una vez más, estas olvidadas zonas de nuestra geografía nariñense, aparte de todas las calamidades que tienen encima, de nuevo son víctimas del engaño, puesto que desde el año pasado, el Gobierno Nacional ha prometido su intervención con una mayor presencia de la fuerza pública, para frenar las acciones de los violentos, sin que esta es la hora, en la que esto se vea por parte alguna y la prueba tangible, la encontramos en estos desplazamientos, con los que se demuestra que vastos territorios de la costa del Departamento se encuentran en poder de los gestores de la violencia.
También ha habido un flagrante engaño, en lo relacionado con la puesta en marcha de programas sociales, lo cual tampoco se ha visto, lo que, como muchas veces lo hemos dicho, se constituye en un caldo de cultivo para la generación de todos los males que hoy quejan a la costa Pacífica de Nariño.
Encontramos que estos antecedentes son nefastos, pensando en las elecciones para la Presidencia de la República, las que hoy tenemos a solo 20 días. ¿Con todas estas cosas que están pasando en esa traumatizada región, está garantizada la realización de este importante proceso electoral?
Ese es el interrogante que hoy todos los nariñenses nos hacemos con profunda preocupación, puesto que aparte de todas las tribulaciones que hemos tenido que afrontar, como el Covid-19, tenemos que la pandemia de los violentos sigue en alza, en detrimento de miles de personas.