La paz o la guerra han sido temas alrededor de los cuales se dieron los debates en las últimas 3 campañas a la presidencia de la república. En esta campaña que termina el próximo domingo, ni la guerra ni la conquista de la paz han sido temas de discusión por parte de los candidatos presidenciales. Ni siquiera la guerra al narcotráfico ha llamado la atención de quienes aspiran a presidir los destinos nacionales. El tema que nos tiene entretenidos es la lucha contra la corrupción.
Por corrupción se entiende al proceso mediante el cual, los funcionarios públicos en contubernio con el sector privado se aprovechan de sus posiciones de poder para sacar beneficios económicos particulares, en detrimento de los derechos sociales y económicos de los sectores de la población más desprotegida.
La corrupción impide el crecimiento económico, eleva los costos, viola los derechos humanos, aumenta la pobreza, la desigualdad y fomenta la violencia, al desviar los recursos del estado destinados a atender necesidades básicas de las comunidades, afectando a millones de ciudadanos.
La corrupción no conoce fronteras, hace presencia en todos los estratos sociales y ha permeado a todos los partidos políticos sin distinción alguna. Quien se crea libre de culpa que tire la primera piedra.
Cansados de la corrupción los colombianos optaron por dos candidatos para que se disputen la dirección del estado. Curiosamente, ambos levantando las banderas de la lucha contra la corrupción. Hago votos porque Dios nos ilumine en esta difícil decisión.
Lo que sí está claro es que los colombianos hastiados de la corrupción y de quienes tradicionalmente han gobernado el país buscamos un cambio. Habrá que ver si lo encabeza Gustavo Petro o Rodolfo Hernández.
Lástima que la campaña termine sin debates, sin discusión de programas de gobierno, sin propuestas. Quien gane tiene el compromiso de combatir la corrupción, generar empleo e ingresos para los más desprotegidos, tiene que convocar a todos los sectores y unir al país en un solo propósito: Recuperar la confianza, la paz, la tranquilidad y el bienestar para todos los colombianos.
POR: VICTOR RIVAS MARTINEZ.