La comunidad del Ojo de Agua denuncia aumento de la inseguridad

En el sector del Ojo de Agua, en la Comuna 10 de Pasto, la inseguridad se ha convertido en una sombra que afecta la tranquilidad de sus habitantes. En los últimos meses, los actos delictivos han aumentado notablemente, dejando a la comunidad en un estado de constante inquietud. Ante esta situación, los vecinos han decidido alzar la voz y expresar su descontento, demandando acciones efectivas que garanticen su seguridad.

Carlos Julio Pantoja, presidente de la Junta de Acción Comunal de Aranda Tercer Etapa, ha sido uno de los voceros más activos en esta lucha. En una reciente reunión comunitaria, Pantoja declaró: “Estamos cansados de vivir con miedo. Las amenazas, los robos y la falta de vigilancia nos han llevado a un punto crítico. Necesitamos que las autoridades escuchen nuestras preocupaciones y actúen de manera contundente”.

Los residentes del Ojo de Agua han relatado una serie de incidentes alarmantes, que incluyen robos a mano armada, asaltos en plena calle y vandalismo. Muchos de ellos se sienten impotentes ante la falta de respuesta de las autoridades competentes.

“Hemos visto cómo la delincuencia ha crecido. En las últimas semanas, varios vecinos han sido víctimas de robos en sus casas y algunos han tenido que enfrentar situaciones de violencia”, añadió Pantoja.

Atención

La comunidad ha tomado la iniciativa de organizarse, formando grupos de vigilancia vecinal para protegerse mutuamente. Sin embargo, esta medida, aunque positiva, no es suficiente para combatir un problema que requiere atención inmediata por parte de la policía y otras instituciones de seguridad. “Queremos trabajar de la mano con las autoridades, pero también necesitamos que ellas se involucren más en nuestras problemáticas. No podemos seguir así”, enfatizó el líder comunitario.

A pesar de los esfuerzos de la comunidad, la falta de patrullajes regulares y la escasez de recursos destinados a la seguridad han exacerbado la situación. Los habitantes del Ojo de Agua piden que se implementen programas de prevención del delito y se refuercen los operativos policiales en la zona. “No pedimos milagros, solo queremos poder salir a la calle sin miedo”, afirmaron varios vecinos durante la reunión.

Reuniones

Además, la situación ha impactado la vida cotidiana de los residentes, quienes evitan salir de noche y limitan sus actividades al día. “Antes disfrutábamos de pasear por el barrio, pero ahora eso es un riesgo. La inseguridad nos ha robado nuestra calidad de vida”, comentó una madre de familia que prefirió no ser identificada.

La creciente preocupación ha llevado a los vecinos a programar una reunión con los representantes del gobierno local, donde esperan presentar un pliego de peticiones que incluya mejoras en la seguridad y la creación de espacios de diálogo entre la comunidad y las autoridades. “Queremos que se tomen en serio nuestras solicitudes. Es fundamental que la voz de la comunidad sea escuchada”, concluyó Pantoja.