La celebración de Velitas en Bogotá: tradición, cambios y nuevas formas de vivir la noche del 7 de diciembre

La tradicional Noche de Velitas volvió a iluminar a Bogotá, una de las ciudades donde esta celebración decembrina mantiene un profundo arraigo cultural. Sin embargo, en los últimos años la manera de vivir esta festividad ha experimentado varias transformaciones que reflejan tanto el crecimiento urbano como los cambios en las costumbres familiares.

Desde muy temprano, miles de ciudadanos se reunieron en barrios, parques y plazoletas para encender las primeras velas que marcan la llegada de la temporada navideña. Aunque la esencia religiosa continúa siendo importante para muchas familias, cada vez más bogotanos se acercan a la celebración desde una perspectiva cultural y comunitaria, aprovechando la ocasión para fortalecer lazos vecinales y compartir espacios al aire libre.

Una de las variaciones más notorias ha sido la incorporación de actividades organizadas por la Alcaldía y diferentes localidades. En varios puntos de la ciudad se llevaron a cabo conciertos, muestras artísticas y ferias gastronómicas que transformaron la noche en un evento masivo y seguro. Estas iniciativas buscan ofrecer alternativas para que la ciudadanía disfrute sin recurrir al uso de pólvora, una práctica que ha disminuido notablemente debido a las campañas de prevención de accidentes.

También ha ganado fuerza la tendencia de celebrar de manera más sostenible. Muchas familias han optado por velas ecológicas, faroles reutilizables y decoraciones recicladas, respondiendo a un creciente interés por reducir el impacto ambiental. En contraste, se ha observado una disminución en el uso de velas tradicionales de parafina, especialmente en condominios y conjuntos residenciales donde las normas de seguridad son más estrictas.

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Los centros comerciales, por su parte, han convertido la Noche de Velitas en un evento comercial y familiar, con presentaciones musicales, shows de luces y actividades para niños, lo que demuestra la adaptación de la tradición a los espacios contemporáneos de la ciudad.

A pesar de estas variaciones, la esencia de la celebración permanece intacta: un momento de encuentro, luz y esperanza que cada diciembre reúne a los bogotanos alrededor de una de las tradiciones más queridas del país.