Jorge Enrique Tello Chávez

La aparición de la Virgen de Fátima

En la Iglesia Católica y en nuestros hogares, entonamos el Himno a la Reina de los Cielos: “El 13 de mayo la Virgen María bajó de los cielos a Cova de Iría. Ave, ave, ave María. Ave, ave, ave María. A tres pastorcitos la Madre de Dios descubre el misterio de su corazón”.

Que también lo aprendimos en nuestras aulas escolares de las instituciones educativas, por parte de sacerdotes, misioneros, catequistas y religiosas, para profundizar nuestra fe con gran devoción y regocijo al saber que Dios la escogió para ser la Madre de Nuestro Señor Jesucristo, para la redención del género humano. Así nos preparábamos para recibir el Sacramento de la Comunión.

Desde el 13 de mayo hasta el 13 de octubre de 1917, la Virgen María se les apareció a los tres pastorcitos, Lucía Dos Santos y a sus primos, Jacinta y Francisco Martos, quienes pastoreaban sus ovejas en su pueblo de Alustre en Fátima, Portugal.

El Primer Mensaje: “Nuestra Señora nos mostró un mar de fuego, que parecía estar debajo de la tierra. En este fuego estaban los demonios y almas, como si fuesen brasas transparentes y negras o bronceadas con forma humana. Nos ordenó en rezar el santo rosario para la salvación de las almas y nos prometió que regresaría durante los próximos seis meses, todos los días 13 a la misma hora y lo cumplió”.

El Segundo Mensaje: “Visteis el infierno, para donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción al Inmaculado Corazón. Si hicieran lo que digo, se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra va a acabar, pero si no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI comenzará otra peor. Dios va a castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, el hambre y las persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre. Para impedirla, Rusia se convertirá a mi Inmaculado Corazón y tendrá paz”. Estos dos mensajes fueron entregados por la Hermana Lucía al Santo Padre en el año 1941.

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El Tercer Mensaje: “Un ángel con una espada de fuego en su mano izquierda y con su mano derecha apuntando a la Tierra, con voz fuerte decía: “Penitencia, penitencia, penitencia”. Su Santidad Juan Pablo II, el 26 de junio de 2000, manifestó que este mensaje se refería al grave atentado que él sufrió, el 13 de mayo de 1981, cuando la mano de la Virgen María desvió con su mano, la bala disparada por el terrorista turco, Ali Agca. El papa años más tarde lo visitó en la cárcel y lo perdonó.

Por estos días la Parroquia de Fátima de Pasto, bajo la administración de los Padres Redentoristas, ha celebrado la fiesta en honor a nuestra Excelsa Patrona, con la realización de nutridas eucaristías, en donde sus devotos le han pedido a la Virgen María interceda ante Nuestro Señor Jesucristo y ante el Padre Eterno, por la paz en todos los rincones de Pasto, de Nariño y de Colombia.

Por: Jorge Enrique Tello Chávez