Entre las lógicas más racionales, escabrosas y lógicas de esta sociedad de consumo, de esta sociedad capitalista, está la que consiste precisamente en considerar que con los años de vida las personas ya no sirven, consumen menos, hay que mantenerlos, toca darles unos subsidios económicos, garantizarles la pensión de vejez si es que han tenido la oportunidad de un trabajo formal y toca entregar la sustitución pensional a la esposa o compañera que lo sobreviva, hasta que esta persona le dé por seguir viviendo, lo que así entonces constituye una carga, un problema y un estorbo que entre más grande pesa más y es un dolor de cabeza.
Es así como para este año 2022 el aumento de la mesada pensional es de 56.200 pesos, para pensiones superiores al salario mínimo, que como se dice sabiamente a duras penas alcanza para comprarse un bon bon bum. Además al pensionado le toca pagar el 12 por ciento de salud, que son descontados por la derecha, de tal modo que en realidad la mesada pensional que aumenta cada año de acuerdo con el índice de precios al consumidor, o IPC, y no de acuerdo con el salario mínimo cuando la pensión es de más de un salario mínimo, queda reducida a su mínima capacidad adquisitiva, a su mínima capacidad de consumo y por lo tanto tales pensionados no merecen ser tenidos en cuenta, hay que hacerlos a un lado, hay que amontonarlos donde no estorben.
Para más ironía los congresistas son quienes en varias ocasiones han evadido, eludido y saboteado lograr una ley en beneficio de los jubilados, no ha sido posible lograr que la mesada pensional aumente anualmente según el aumento del salario mínimo, ni que el Estado asuma el 8 por ciento de la salud y el pensionado lo haga con el 4 por ciento, sino que este 12 por ciento lo tiene que pagar el pensionado. Son quienes tienen una asignación mensual promedio de 35 millones de pesos y con tres periodos seguidos de congresistas, o sea 12 años de cotización se pensionan con una mesada de al menos 21 millones de pesos, lo que equivale a ser juez y parte de una decisión institucional en beneficio de los jubilados, dándose aquí también el caso de unos pocos jubilados que reciben una altísima mesada pensional, mientras hay muchísimos pensionados a quienes se les entrega una bajísima mesada pensional, en el contexto de una patria colombiana con tremendas desigualdades, inequidades y gravísimas injusticias sociales.
Con el paso del tiempo la vida no se llena de años sino que los años se llenan de vida, los abuelos, los ancianos, los viejos, los pensionados, los jubilados tenemos la sabiduría, la experiencia, el conocimiento, somos los timoneles en este viaje por la vida, merecemos ser tratados con dignidad, reconocimiento, valoración y respeto por parte del poder ejercido por un Estado arrogante, discriminador y prepotente que considera a los pensionados merecedores de un tratamiento asociado con el olvido, la minimización y la ingratitud porque ya no producen, no consumen y son una carga que afortunadamente la pandemia del Covid 19 ayuda a eliminar, especialmente a los más vulnerables que son los más cuestan y a los más que ayudas se tiene y toca dar.
Por: Emilio Coral Ojeda.

