Por: Danny J. Marcillo Médicis.
Algo raro está pasando con las generaciones de estos momentos, ya no todo es como antes la tecnología influye mucho en cada paso que damos, ya no hay un bueno días, ya no se comparte tiempo de calidad con la familia, y mucho menos se pide la bendición a los padres, la depresión y la ansiedad son temas que cada vez están en progreso. ¿Pero cuál es la razón que afecta a los jóvenes?
La depresión en adolescentes es un problema de salud muy grave. No se trata de sentirse triste durante unos días. Se trata de un intenso sentimiento de tristeza, desesperanza, ira o frustración que dura de forma prolongada en el tiempo.
Estos sentimientos ocasionan en el adolescente dificultades en llevar su vida cotidiana y en realizar sus actividades diarias. También muestran problemas de concentración, falta de motivación y energía. El adolescente puede sentir que no disfruta de su vida en absoluto o incluso le cuesta superar su vida diaria.
Recuerdo cuando tenía 16 años, estaba en mi plena juventud, para mi ese momento era todo juego no pensaba nada más que en molestar y salir con mis amigos a hacer travesuras, no tenía penas amorosas y mi corazón era tan limpio como el agua, comparo todo esto con la situación de hoy en día y veo niñas de 15 años sufriendo por un amor o por un embarazo no deseado y esto es muy preocupante, creo que parte de la culpa es de los padres que no les han enseñado las cosas buenas de la vida y valores , les dejan hacer lo que quieran a su temprana edad, ya no hay límites para nadie y lo único que importa es tener el ultimo celular o quien tiene más likes en sus publicaciones.
Es decir, el adolescente padece un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar sus actividades cotidianas. Le afecta en la forma en la que piensa, siente y se comporta. Provocando problemas a nivel emocional, funcional y físico.
Esta desconexión entre la expectativa y la realidad ha convertido a los millennials en el blanco de memes o comentarios despectivos en internet sobre su aparente «fracaso», «pereza» o mayor dependencia de sus padres. Por supuesto, cada generación enfrenta desafíos propios y lo llamamos «momentos decisivos»: eventos que marcan a una generación de manera que influyen en sus miedos, opciones educativas y de vida, valores y percepciones del futuro.
Por esta razón espero que este mensaje llegue a cada ciudadano que está pasando una difícil situación en la casa con sus jóvenes hijos, todavía se puede buscar una salida y es el amor hacia ellos y la atención, el tiempo de calidad es el mejor regalo que se le puede dar a los hijos, luego va a ser muy tarde y todo lo que hagas se replicara en las siguientes generaciones.