Jornada letal en Río de Janeiro: 64 muertos en operativo policial contra la banda Comando Vermelho

En una de las jornadas más sangrientas de la historia reciente de Río de Janeiro, un operativo policial llevado a cabo esta madrugada fue escenario de “escenas de guerra”. Las autoridades informaron que al menos 64 personas murieron y 81 fueron detenidas, tras una acción masiva contra la poderosa banda Comando Vermelho.

El operativo movilizó alrededor de 2.500 agentes que ejecutaron aproximadamente 100 órdenes de captura en los densamente poblados complejos de favelas Complexo do Alemão y Penha, ambos ubicados en la zona norte de la ciudad.

Según la Fiscalía estatal, el objetivo era detener a los líderes del Comando Vermelho y frenar su expansión territorial. Uno de los focos de operación fue la favela de la Penha, que por su cercanía a autopistas se había convertido en un punto estratégico para el comercio de drogas y armas.

Entre los muertos se encuentran al menos 60 presuntos miembros de la banda y 4 agentes de seguridad. Además, 8 agentes y 3 civiles resultaron heridos de bala durante los combates.

El caos se extendió a varias áreas de la ciudad: se reportaron bloqueos de vías con autobuses, vehículos y escombros, además de la suspensión de clases y servicios básicos en zonas afectadas, lo que movilizó a cerca de 200.000 residentes.

El gobernador del estado y el ministro de Justicia intercambiaron acusaciones sobre la coordinación del operativo. El gobernador señaló que Río “estuvo completamente solo en esta guerra” y pidió mayor integración con las fuerzas federales. Mientras tanto, el ministro respondió que la seguridad es responsabilidad de los gobernadores y que no había solicitud formal desde el Ejecutivo federal para esta operación.

El trasfondo histórico también emerge: la banda Comando Vermelho tiene sus raíces en la década de 1970 dentro de cárceles de Río, y hoy en día se ha consolidado como una de las más grandes organizaciones del crimen organizado en Brasil, dedicada al narcotráfico, contrabando de armas, extorsión y otros delitos.

Esta operación representa un momento crítico en la lucha contra el crimen organizado urbano en Brasil, pero también plantea preguntas sobre proporcionalidad, derechos humanos y la estrategia estatal para enfrentar estas organizaciones violentas.