JORGE ELIECER GAITAN

Hace 76 años Colombia ardió con el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán

Cerca de la una de la tarde del viernes 9 de abril de 1949, el caudillo liberal, Jorge Eliecer Gaitán, salió de su oficina situada en el Edificio Agustín Nieto, en pleno centro de Bogotá.

Su intención era la de almorzar con Plinio Mendoza y otros amigos, en el Hotel Continental, pero de repente se le acercó un hombre, quien le hizo varios disparos y lo dejó malherido. Gaitán alcanzó a ser llevado con vida a la cercana Clínica Central, donde a consecuencia de la gravedad de sus heridas, murió a las 2 y 5 de la tarde.

Fue entonces cuando se desencadenó el infierno en Bogotá y en Colombia.

Caudillo popular

Para entender el caos que originó su muerte, se debe señalar que, en el momento de su muerto, Jorge Eliecer Gaitán, era un caudillo popular de estirpe liberal, que contaba con miles de seguidores no solo en Bogotá, sino en todo el país. Jurista con grandes estudios en el extranjero, fue Alcalde de Bogotá, presidente de la Cámara de Representantes, secretario de Educación y de Trabajo  y, candidato a la presidencia de la República, donde el Partido Liberal presentó dos aspirantes, a lo que se atribuyó la derrota.

A pesar de ello, su intención era de volver a aspirar a la presidencia en las elecciones siguientes, en las que, de antemano, se le daba como el gran favorito para ser elegido, lo que pudo haber sido una de los móviles de su asesinato.

En efecto, Gaitán se había ganado el fervor del pueblo gracias a sus ideas de justicia social e igualdad, las que expresaba en una brillante oratoria de tono grandilocuente e históricas frases que calaban entre sus seguidores.

Poder para el pueblo

En el marco de sus intervenciones, Jorge Eliecer Gaitán, quien fue bautizado por sus seguidores como el “Caudillo del Pueblo”, hacía énfasis precisamente en que el poder debía ser del pueblo y no ser manejado por la clase política y económica.

Era un discurso que impactaba, puesto que, en esos años finales de la década del 40 del siglo pasado, Colombia vivía, una época de grandes desigualdades sociales y ya el país vivía desde 1946, la violencia partidista entre conservadores y liberales que regó de sangre, los campos colombianos, situaciones que hoy podríamos decir continúan con otros protagonistas.

Frases memorables

En las intervenciones ante sus seguidores, Jorge Eliecer Gaitán acuñó frases memorables.

“Yo no soy un hombre, soy un pueblo” y “El pueblo es superior a sus dirigentes”, pasaron a la historia de la política colombiana.

También afirmaba que “hay que procurar que los ricos  sean menos ricos y los pobres sean menos pobres” al tiempo que señalaba que “Nosotros no decimos que el  hombre debe ser un  esclavo de la economía, decimos que la economía debe estar al servicio del hombre,” mientras que al referirse a la educación, afirmaba que “Un pueblo ignorante es víctima de la incomprensión   y la desidia , expresiones que causaban admiración entre sus seguidores, pero , al mismo tiempo, provocaban resquemos y rencores entre, sus detractores.

Igualmente, de manera permanente, Gaitán denuncio la violencia y opresión que ejercía el gobierno conservador contra el pueblo, así como los frecuentes casos de corrupción por parte de la oligarquía, lo que sin duda pisó muchos callos. 

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Palabras proféticas

Poco antes de su asesinato, el 7 de febrero de 1948, Jorge Eliecer Gaitán , presidió una gigantesca manifestación que pasó a la historia como La Marcha del Silencio,  Allí, con una asistencia de más de cien mil personas y en medio de un impresionante silencio,  le pidió al presidente          Mariano Ospina , que cesara la violencia que azotaba al país.         

 “Ninguna mano del pueblo se levantará contra mí y la oligarquía no me mata, porque sabe que si lo hace el país se vuelca y las aguas demorarán cincuenta años en regresar a su nivel normal”, palabras que resultaron proféticas.

Terrible destrucción

El efecto, las palabras del caudillo liberal se cumplieron tal como lo expresó, puesto que la noticia de su asesinato, desencadenó esa tarde del 9 de abril de 1948, una histórica violencia, que pasó a la historia como “El Bogotazo” , la cual ese mismo día y durante los siguientes, se repicó en las principales ciudades del país.

Hubo miles de muertes, saqueos, incendios, toma de las emisoras llamando al derrocamiento del Gobierno y ataques a las casas de los líderes conservadores, en una sangrienta jornada sin antecedentes en el país.

El asesinato fue atribuido a Juan Roa Sierra, el hombre que le disparó a la salida de la oficina, quien fue horriblemente lincha por una turba enfurecida. Así nunca se supo si actuó solo u obedeció las ordenes de alguien en un magnicidio que por lo menos ha dado lugar a una docena de versiones diferentes

Lo cierto es que esa tarde del viernes 9 de febrero, dos personajes se quedaron esperando a Jorge Eliecer Gaitán. El líder estudiantil, Fidel Castro, futuro gestor de la Revolución Cubana y el poeta venezolano, Rómulo Gallegos.