Jefe del Comando Sur de EE. UU. renuncia tras tensiones por las operaciones militares en el Caribe

El almirante Alvin Holsey, quien se desempeñaba como comandante del Comando Sur de Estados Unidos, oficializó su retiro durante una ceremonia realizada en Florida el 13 de diciembre de 2025. El Comando Sur es una de las estructuras militares más estratégicas de EE. UU., responsable de las operaciones en América Latina y el Caribe. Su salida se produce en un contexto de fuertes tensiones internas dentro del Gobierno estadounidense, relacionadas con la legalidad y el alcance de recientes operaciones militares en la región.

Holsey fue reemplazado por el teniente general de la Fuerza Aérea Evan Pettus, quien hasta ahora era su segundo al mando y asumirá el cargo de manera inmediata. Según información del medio CNN, el relevo se da luego de una serie de desacuerdos entre Holsey y el secretario de Defensa, Pete Hegseth, especialmente por los ataques realizados por fuerzas estadounidenses contra embarcaciones cerca de las costas de Venezuela.

Durante la ceremonia de retiro, Holsey ofreció un discurso centrado en el valor del liderazgo humano, destacando que dirigir no se trata de ostentar títulos, sino de actuar con valentía, escuchar a los demás y tratar a las personas con dignidad y respeto. Agradeció especialmente a su familia y mencionó a su hijo, quien también sirve como aviador naval, subrayando el carácter personal y profesional de su trayectoria militar.

Las diferencias con el secretario de Defensa se profundizaron debido a que Hegseth consideraba que Holsey no estaba siendo lo suficientemente agresivo frente a las amenazas marítimas en el Caribe. En contraste, altos oficiales del Comando Sur expresaron preocupación por la legitimidad jurídica de estas acciones militares, temiendo que violaran normas del derecho internacional.

El punto más crítico del conflicto se produjo el 6 de octubre, durante una reunión en el Pentágono en la que participaron Holsey, Hegseth y el jefe del Estado Mayor Conjunto, Dan Caine. En ese encuentro se discutió el futuro del mando y, según fuentes citadas por CNN, Holsey llegó a ofrecer su renuncia, aunque su salida fue postergada hasta diciembre.

La polémica se agravó cuando legisladores estadounidenses exigieron explicaciones por un ataque ocurrido en septiembre, en el cual murieron los únicos sobrevivientes de una operación militar previa contra embarcaciones en la región. Estos hechos generaron un fuerte debate político y jurídico dentro y fuera de Estados Unidos.

Organismos internacionales también manifestaron su preocupación. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos alertó sobre el uso de fuerza letal en operaciones aéreas y navales de EE. UU. tanto en el Caribe como en el Pacífico oriental. De acuerdo con estas denuncias, más de 80 personas habrían muerto desde septiembre de 2025. Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas calificó estas acciones como posibles “ejecuciones extrajudiciales” y señaló que podrían constituir violaciones graves al derecho internacional.

Pese a las controversias, durante la ceremonia Dan Caine elogió ampliamente la carrera de Holsey, describiéndolo como un líder discreto, profesional y ejemplar. Destacó su impacto duradero en la fuerza conjunta y en la institución militar estadounidense, asegurando que su legado permanecerá en el tiempo y agradeciendo profundamente su servicio y el apoyo de su familia.

En conjunto, el retiro de Alvin Holsey refleja no solo un cambio de mando, sino también las tensiones internas y externas que enfrenta Estados Unidos por su estrategia militar en América Latina y el Caribe, en un escenario marcado por cuestionamientos legales, políticos y humanitarios.