En el marco del cese al fuego entre Israel y Hamás, se llevó a cabo una jornada histórica con la liberación de 20 rehenes israelíes y más de 1.900 prisioneros palestinos, en lo que constituye la primera fase del acuerdo alcanzado por ambas partes con mediación internacional. El operativo fue supervisado por organismos como la Cruz Roja y se desarrolló simultáneamente en diferentes puntos de Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza.
En Tel Aviv, los rehenes israelíes liberados se reencontraron con sus familias en la llamada Plaza de los Rehenes, mientras que en Ramala y Gaza miles de personas celebraron la llegada de los prisioneros palestinos liberados, algunos de los cuales habían pasado décadas en cárceles israelíes. El acuerdo prevé la liberación de los últimos rehenes en Gaza —20 vivos y 28 fallecidos— a cambio de casi 2.000 palestinos encarcelados.
Entre los prisioneros palestinos liberados hay 154 que serán deportados fuera de los territorios y 250 condenados a cadena perpetua, quienes serán enviados a Cisjordania, Jerusalén o al extranjero. En total, la liberación se efectuó a través de 38 autobuses, el primero de los cuales salió este lunes hacia la Franja de Gaza.
El intercambio coincidió con la víspera de la Cumbre sobre Gaza en el balneario egipcio de Sharm el Sheij, en la que participarán líderes internacionales, incluido el expresidente estadounidense Donald Trump, a quien se le atribuye un plan de 20 puntos que permitió viabilizar el alto el fuego y el acuerdo de canje. Trump declaró que con esta medida “se acabó la larga y dolorosa pesadilla para israelíes y palestinos”.
La liberación de rehenes y prisioneros se interpreta como un paso decisivo dentro del proceso de tregua, que abre un nuevo capítulo en el conflicto y representa un alivio humanitario tras meses de enfrentamientos que dejaron miles de víctimas y una profunda crisis en la región.