La gestión municipal de Germán Chamorro ha dejado un rastro de decisiones cuestionables, especialmente el polémico proyecto del Parque Lineal Río Pasto, con una inversión de aproximadamente 20.000 millones de pesos, la mitad proveniente de un crédito aprobado por los concejales del municipio. Surge la pregunta: ¿era esta la prioridad adecuada?
El sector del tramo 9, detrás del barrio Morasurco, fue el epicentro de esta inversión millonaria. ¿Era necesaria esta deuda considerando las prioridades como el desfinanciado Plan de Alimentación Escolar, PAE?
La peatonalización del centro de la ciudad, otra iniciativa de Chamorro, ha generado más caos que beneficios. Las cuadras peatonalizadas se ven invadidas por la venta de verduras, dejando dudas sobre su impacto real en la movilidad. El caos vehicular en calles adyacentes muestra decisiones mal pensadas.
La ciudad debe ser inclusiva, considerando las necesidades de todos, no solo de los jóvenes en bicicleta. Las inversiones en parques y peatonalizaciones no se alinean con las necesidades reales, convirtiendo el espacio público en un mercado informal.
El análisis de contratos revela falta de transparencia. Las comisiones de empalme obtuvieron una lista superficial de nombres y valores, sin detalles sustanciales. La opacidad refleja falta de responsabilidad en la rendición de cuentas. Insistir en transparencia es esencial para que los ciudadanos conozcan la verdad detrás de cada inversión millonaria.
El desencanto generado por estas obras radica no solo en la aparente falta de resultados, sino en la necesidad de un enfoque más reflexivo en la toma de decisiones. El reto de la Administración Municipal de Nicolás Toro es actuar con responsabilidad y repensar las prioridades reales.
El nuevo alcalde enfrenta el desafío de verificar el destino de la millonaria suma invertida en el Parque Lineal Río Pasto, especialmente los 10 mil millones que representan un endeudamiento significativo. La tarea inmediata es desentrañar los detalles y evaluar si los resultados justifican el gasto.
La lección aprendida debe traducirse en una revisión de prioridades. Evitar la repetición de obras sin impacto real es imperativo. El reto es establecer un modelo de gobernanza que evite endeudamientos innecesarios y se enfoque en proyectos con impacto positivo y sostenible en la vida de los habitantes de Pasto.

