El pasado sábado 24 de febrero se cumplieron dos años de la invasión de Rusia a Ucrania, conflicto bélico que podría cambiar el orden mundial al entrar el planeta en una nueva época de rivalidad entre grandes potencias en la que ya no se podía excluir la guerra y el orden mundial ha cambiado alrededor de la historia cuando han acontecido hechos trascendentes, positivos unos y negativos otros, como en este caso.
La guerra de Putin contrasta con la auto disolución del Pacto de Varsovia y el colapso de la Unión Soviética producidos de manera no violenta.
El Pacto había sido la reacción a la creación de la Otan y era un acuerdo de cooperación militar entre los países del bloque del Este que dio forma al tablero de la Guerra Fría, periodo que mantuvo en vilo al planeta durante la segunda mitad del siglo XX y detrás de la guerra de Rusia contra Ucrania está el neoimperialismo intentando hacer que Rusia vuelva a ser grande buscando revertir los resultados del colapso de la Unión Soviética.
Como los hechos políticos, combinados con el pensamiento político generan, cuando son trascendentales nuevos órdenes mundiales, es como por ejemplo, la Revolución Francesa derrotó el absolutismo y propició la democracia; la paz de Wesfalia que puso término a la guerra de los treinta años, dio origen al Estado Nacional; la Primera Guerra Mundial propició el nacimiento de la Sociedad de Naciones que a su vez desapareció al no haber podido evitar la Segunda Guerra Mundial y ésta originó las Naciones Unidas que podrían desaparecer si no es capaz de evitar la Tercera Guerra Mundial y después del atentado a las Torres Gemelas y al Pentágono, surgió el periodo de la historia de terrorismo antiterrorismo, por mencionar algunos de los más importantes y trascendentes hechos que han variado la historia de manera radical.
En este caso una potencia busca extinguir un país pequeño e independiente desafiando los principios sobre los cuales el orden europeo de Estados se ha organizado durante largos años.
Entonces los alcances integrales que ha producido la guerra entre Rusia y Ucrania, ¿han cambiado o pueden cambiar el orden mundial? e incluso, hecho del cual podría desencadenarse la Tercera Guerra Mundial, pues como lo pone de presente Joschka Fiischer, exministro de asuntos exteriores y exvicecanciller de Alemania, éste hecho ha desencadenado una remilitarización radical de la política exterior, afirmando que la guerra aparentemente nos ha devuelto a una época, en pleno siglo XX, en la que las guerras de conquista eran un elemento básico del conjunto de herramientas de las grandes potencias.
Pero recordando al escritor Luigy Ferrajoli, coincido con él en que un verdadero nuevo orden mundial supone la integración global y la igualdad de derechos humanos, ambas condiciones difíciles de hacer realidad, pero indispensables y a través de un constitucionalismo global. Mientras tanto, al empezar el tercer año de guerra y sin dejar de reconocer que ella desgraciadamente es lo natural en el ser humano, porque la paz es siempre una construcción, lo que se impone es abogar y crear las condiciones para que termine la guerra y con ella la muerte, la destrucción y la desolación.