Se imaginan ustedes lo que habría sido el día sin el impuesto de valor agregado IVA en Ipiales, si se hubiera abierto la frontera colombo-ecuatoriana.
Habría sido la panacea para los comerciantes de la ciudad de las ‘nubes verdes’, quienes sin ninguna duda habrían hecho unas ventas extraordinarias, para empezar a recuperarse de los críticos momentos que se han atravesado a consecuencia de la llegada en marzo de 2020 de la pandemia de Covid-19.
Pero, todavía en este año, nos quedan otros dos días sin IVA, en noviembre y en diciembre y, por lo tanto, debe intensificarse la presión para que se abra la frontera, lo que en estos momentos está en manos de nuestros vecinos ecuatorianos.
Por lo tanto, cualquier esfuerzo que se haga es valedero, puesto que para nadie es un secreto que el comercio de Ipiales, afronta los peores momentos de su historia, con negocios vacíos, lo que a casi dos meses para la terminación del año causa una gran angustia y desesperación.
«Es de esperar, entonces, que nuestras autoridades no bajen la guardia y aunque las condiciones parezcan díficiles, se insista en la reapertura del Puente Internacional Rumichaca».
No es para menos, puesto que la frontera con el Ecuador lleva cerrada 18 meses, lo que era justificable, al comienzo de la pandemia de Covid-19, como una necesaria medida de prevención sanitaria.
Pero ahora, las circunstancias son diferentes y mucho más positivas, puesto que se tiene una notable disminución en los casos de contagio del virus, por lo que es de pensar que una posible apertura no representaría ningún riesgo sanitario y sería de amplio beneficio para los moradores de las dos ciudades fronterizas, en especial en esta época de fin de año.
Pero nuestros hermanos ecuatorianos se muestran reacios a abrir su frontera, por lo que estamos seguros que nuestro gobernador de Nariño tiene toda la razón al manifestar que la negativa no tiene otra justificación que la de favorecer al comercio de Tulcán e impedir que los dólares se pasen al lado colombiano, teoría que toma fuerza al saber que los comerciantes de la vecina ciudad fueron de los principales financiadores de la campaña del presidente Guillermo Lasso.
Además de la dañina inactividad comercial que sufre Ipiales, nos preocupan todas las situaciones irregulares que se vienen presentando en la zona fronteriza desde marzo del 2020. Esto es el producto de cerca de 50 pasos ilegales que existen entre Colombia y Ecuador, los cuales han dado lugar, como una moderna caja de Pandora, a que en estos momentos en la zona pululen toda clase de males, como el aumento desmesurado de la inseguridad, el contrabando, el paso ilegal de migrantes, la trata de personas, los hurtos e inclusive asesinatos, en una situación que como se dice de manera popular, ya está pasando de castaño a oscuro.
Es de esperar, entonces, que nuestras autoridades no bajen la guardia y aunque las condiciones parezcan difíciles, se insista en la reapertura del Puente Internacional Rumichaca.
Dicen por allí que la peor diligencia es la que no se hace y, por lo tanto, consideramos que es el momento para volver a mover fichas en busca de que la frontera retorne a la normalidad.
De lo contrario a nuestra frontera del lado colombiano, naturalmente, le espera un fin de año, que no tendrá nada de alegre, pero sí de angustias y necesidades.
Nos parece que todavía queda tiempo para que algo se pueda hacer y de allí que reiteremos este llamado, para que nuestras autoridades, comenzando naturalmente con el presidente de la República, Iván Duque, se vuelvan cansones y repetitivos en este tema, que para nuestra frontera es de una gran envergadura e importancia. Así que seguimos a la expectativa.

