Luis Eduardo Solarte Pastás

Inseguridad y atracos sobre ruedas

Quizás muchas personas tuvieron la oportunidad de mirar y divertirse con la serie de televisión estadounidense  denominada los “motoratones”, en donde se cuenta la historia de tres ratones humanizados que llegaron del planeta marte a la tierra para ayudar a combatir la delincuencia movilizándose a través de  motocicletas. Sin embargo, ahora los llamados “motoratones”, es una modalidad de delincuencia común y organizada que azota a varias ciudades del país.

Pasto es una ciudad que de acuerdo con el último Censo adelantado por el Dane cuenta con una población del orden de los 464 mil 967 personas y con cerca de 130 motocicletas registradas en la Secretaría de Tránsito y Transporte Municipal, las cuales pueden ser utilizadas como un medio de movilización por sus propietarios o como una forma de negocio ilegal al transportar pasajeros.

En la capital del departamento de Nariño ante la carencia de fuentes de trabajo formal, no se sabe con exactitud cuántas personas se dedican al “mototaxismo, aunque se habla que pueden ser unas 20 mil que estén distribuidas en “organizaciones sindicales” o simplemente lo hagan a título individual.

Dentro del “mototaxismo” existe gente que lo hace por necesidad, y, por ende, se la puede catalogar de honrada; pero lastimosamente, tal sistema de transporte está siendo aprovechado por una serie de delincuentes  que se dedican a robar en motocicletas  y asaltar principalmente a cuentahabientes, pasajeros de autobuses, conductores de vehículos detenidos por los semáforos o transeúntes en plena calles.

Hoy en día los habitantes de Pasto viven en un constante estado de temor y miedo porque los “motoratones” están en cualquier parte

Ahora se reportan asaltos, principalmente a mujeres; pues la manera en la que actúan estos delincuentes se limita a hacer las cosas de manera rápida, y en consecuencia fijan sus objetivos en ellas al transitar por calles solas, sin mucho tráfico o con poca iluminación para poder arrebatarles el bolso y demás prendas personales.

Quienes han resultado víctimas de los “motoratones” ya no saben qué hacer. Acudir ante la Fiscalía a poner la denuncia correspondiente lo consideran una pérdida de tiempo porque lo primero que se solicita al denunciante por el funcionario encargado de recibir la queja,  es que individualice al delincuente o lleve alguna prueba, de lo contrario “nada se puede hacer” y el caso se debe archivar. ¡Qué belleza!

Es por ello, que ante tanta impunidad, de un tiempo para acá los reportes de asaltos y robos en motocicletas continúan incrementándose; por cuanto estos sucesos no alertar tanto a la fiscalía como los jueces. Estas instituciones parece que no quieren ver la inseguridad que se vive en la ciudad, como si se quisieran ocultar esa información y dejar como siempre a la ciudadanía a su suerte.

Por ello, sabe resaltar el esfuerzo que hace el alcalde de Pasto, Nicolás Toro, y su equipo  gobierno para diseñar junto con la policía nacional  y demás autoridades competentes, una serie de estrategias de seguridad ciudadana para acabar con el  accionar de los delincuentes de todos los pelambres, llámense “motoratones” o de otras características, para que Pasto no se inunde de “ratas”, so pretexto que no hay fuentes de trabajo para poder sobrevivir.

solarpastas@hotmail.com