Estamos seguros de no equivocarnos al afirmar que en estos momentos nuestro departamento de Nariño presenta uno de los panoramas prelectorales más inquietante del país, en momentos en que los comicios territoriales 2O23 en los que los colombianos elegiremos a nuestros próximos gobernadores, alcaldes, diputados, concejales e integrantes de las Juntas Administradoras Locales, JAL, están a menos de 7 meses.
En efecto, tenemos que, ante la proximidad del proceso electoral del 29 de octubre, Nariño se encuentra afectado por varias delicadas situaciones de orden público, en especial en lo referente a su costa Pacífica, escenario, no de ahora, sino de mucho tiempo atrás, de toda clase de episodios de violencia, generados por toda clase de organizaciones al margen de la Ley.
En ese sentido, también estamos plenamente convencidos de que el señor Registrador Nacional del Estado Civil, Alexander Vega Rocha, estaba pensando en el departamento de Nariño, cuando hace pocos días, manifestó que tenía la sensación de que las elecciones del próximo mes de octubre, se encontraban en riesgo de su realización, ante la grave situación de orden público que se afronta en varias regiones del país.
Sobre el particular, la triste realidad es que, desde esta zona sur del país, han surgido la mayoría de las alertas tempranas, no solo ante las autoridades electorales, sino ante organismos como la Defensoría del Pueblo, en lo que tiene que ver con los comicios, puesto que desde ya se habla de constreñimiento al elector, intimidación a las comunidades y compra y venta de votos, situación que ha sido denunciada desde varios de los municipios costeros.
Igualmente, es evidente el hecho en torno a los permanentes enfrentamientos entre los grupos armados ilegales, los que, en disputa de territorio, son protagonistas de sangrientos combates, en desarrollo de los cuales, la población civil, se ve constantemente en medio de un peligroso fuego cruzado.
«Estamos seguros de no equivocarnos al afirmar que en estos momentos nuestro departamento de Nariño presenta uno de los panoramas prelectorales más inquietante del país, en momentos en que los comicios territoriales 2O23 en los que los colombianos elegiremos a nuestros próximos gobernadores, alcaldes, diputados, concejales e integrantes de las Juntas Administradoras Locales, JAL, están a menos de 7 meses».
Nos estamos refiriendo a unos hechos que son generadores de confinamientos, así como de grandes desplazamientos, como los que se han registrado en los dos últimos años en el departamento de Nariño, en los que se han visto involucrados miles de moradores de la región.
Si a esto le agregamos el que nuestro departamento de Nariño, sea poseedor del poco honroso honor, de ser la región de Colombia, más afectada por los asesinatos de líderes, lideresas y defensores de Derechos Humanos, lamentables episodios de violencia, en los que nuestro país, ocupa el primer lugar a nivel mundial y está entre las regiones más afectadas por las minas antipersonal, tenemos que seguir preocupándonos de este lóbrego ambiente preelectoral de cara a las elecciones del próximo 29 de octubre.
Por lo tanto, ahora nuestra esperanza está en la visita que llevó a cabo el pasado fin de semana, el señor ministro de Defensa, Iván Velázquez Gómez, quien llegó hasta Tumaco y en el marco de un consejo especial de seguridad, prometió que en el transcurso de 45 días, la fuerza pública, Ejército y Policía, redoblarán todos sus operativos para recuperar la seguridad ciudadana.
De esta manera, se anunciaron acciones contra la extorsión, las minas y artefactos explosivos, los homicidios, las amenazas a los líderes sociales, con énfasis en la erradicación de los grupos armados ilegales que operan en la costa Pacífica de Nariño, así como de los cultivos ilícitos, causantes de los grandes males que azotan a la región.
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No dudamos ni un solo instante que se trata de noticias positivas, pero lamentablemente tenemos que pensar en los antecedentes, los cuales nos generan bastantes dudas, puesto que son incontables las veces en las que, a través de los años, con presidentes de la República, a la cabeza, se han hecho las mismas promesas, sin que hasta el momento se hayan visto resultados positivos.
Esta vez, ante la cercanía de las elecciones territoriales, esperamos entonces, que la historia cambie a favor de las sufridas comunidades.