El departamento de Nariño se encuentra nuevamente golpeado por la violencia y la inseguridad. Esta vez, la víctima fue Laureano Rosero Dorado, un reconocido ingeniero agrónomo de 66 años, oriundo del municipio de Samaniego, quien fue reportado como desaparecido hace algunos días en el municipio de Túquerres y cuya muerte ha causado profundo dolor y conmoción en toda la región.
La pesadilla para su familia comenzó poco después de que Rosero realizara una diligencia bancaria en Túquerres. Tras retirar una suma de dinero, sus familiares perdieron por completo su rastro. Un breve video captado por una cámara de seguridad muestra al hombre caminando solo por una de las calles del municipio. Esa fue la última imagen conocida con vida. Luego, el silencio.
Triste noticia
Al intentar reportar su desaparición, sus allegados se enfrentaron a una dolorosa realidad: las autoridades les indicaron que, por norma legal, debían esperar un periodo de tiempo para activar los protocolos de búsqueda. Esta respuesta generó impotencia, angustia y desesperación entre sus familiares, quienes de inmediato comenzaron una intensa campaña en redes sociales para dar con su paradero.
“Cada minuto que pasa cuenta, no entendemos por qué hay que esperar si claramente algo estaba mal”, expresó un familiar en medio del dolor.
La incertidumbre se apoderó de sus seres queridos, amigos y conocidos. Las publicaciones en redes sociales se multiplicaron, con la esperanza de obtener alguna pista, algún indicio. Pero lo que vino después fue aún más devastador.
Hipotesis
Las investigaciones adelantadas por las autoridades revelan que Laureano Rosero fue secuestrado por dos hombres que lo habrían conducido hasta el corregimiento de El Espino, jurisdicción del municipio de Sapuyes, por la vía que comunica a Túquerres con Ipiales.
Según los informes médicos, los captores habrían suministrado al ingeniero una combinación de antidepresivos y benzodiacepinas, un cóctel de medicamentos que afectó gravemente su estado de conciencia. Rosero perdió el conocimiento y, tras varios días, su cuerpo no resistió: falleció en las últimas horas.
Los investigadores consideran que el objetivo del crimen era el robo, y que los delincuentes utilizaron los sedantes para neutralizarlo sin dejar rastros visibles de violencia. Sin embargo, la dosis administrada resultó fatal.
La noticia ha provocado una oleada de mensajes de dolor y solidaridad en redes sociales. Amigos, exalumnos, colegas y vecinos han exigido justicia y un pronunciamiento contundente por parte de las autoridades.

