En una operación contundente y coordinada contra el narcotráfico, uniformados de la Policía Nacional lograron incautar 300 kilogramos de marihuana tipo creepy durante un operativo de control vial desarrollado sobre el kilómetro 51 de la vía Pasto – Rumichaca, una arteria clave del suroccidente colombiano que conecta directamente con la frontera ecuatoriana.
La droga estaba oculta dentro de un compartimiento acondicionado en el interior de un vehículo de carga tipo furgón, con placas nacionales, el cual fue interceptado en medio de los patrullajes constantes que adelantan las autoridades como parte del Plan Integral de Seguridad Vial y Control Territorial.
Indagaciones
Las primeras indagaciones indican que el alijo habría salido desde zonas de cultivo ilícito en el norte del departamento del Cauca, y su destino final era, con alta probabilidad, cruzar hacia Ecuador para ser redistribuido en otros países de la región, como Perú, Chile o incluso Brasil. Esta modalidad de transporte terrestre ha sido detectada en múltiples ocasiones por las autoridades, que advierten sobre el uso de rutas alternas para eludir los puestos de control establecidos.
“La droga decomisada en este operativo podría tener un valor superior a 600 mil dólares en el mercado internacional, dependiendo del país de destino. Esta incautación afecta directamente las finanzas de organizaciones criminales que utilizan la región de Nariño como paso estratégico para el tráfico de estupefacientes hacia el sur del continente”, explicó el comandante de la Policía de Carreteras en Nariño.
El conductor del vehículo fue capturado en flagrancia y puesto a disposición de la Fiscalía General de la Nación. Será procesado por los delitos de tráfico, fabricación o porte de estupefacientes agravado, contemplados en el Código Penal colombiano, y podría enfrentar una pena de hasta 20 años de prisión, dependiendo de su nivel de implicación y colaboración con las autoridades judiciales.
Una ruta vigilada
La vía Pasto – Rumichaca, que conecta a Colombia con el Ecuador a través del paso binacional más activo del sur del país, ha sido catalogada como corredor estratégico tanto para el comercio formal como para el tránsito ilícito de mercancías y drogas. Esta doble condición ha convertido la zona en un foco de atención prioritaria para las autoridades civiles y militares.
El corredor es aprovechado por grupos armados residuales, bandas de narcotraficantes y redes de contrabando que intentan burlar los controles fronterizos para sacar droga, armas o dinero en efectivo que sirve como combustible para su operación ilegal.