En días recientes tuve la fortuna de visitar las oficinas de Sepal en la ciudad de Pasto y sostener un interesante diálogo con su gerente, Maritza Rosero Narváez.
Su oficina puede catalogarse como una galería de arte regional, tres bellos cuadros ofrecen un ambiente de regocijo y tranquilidad. Es nuestro deseo que en cada oficina y entidad regional se adquieran pinturas de nuestros artistas. Al respecto debería existir una norma que impulse la adquisición de obras y creaciones de maestros de Nariño.
La Empresa Pública de Alumbrado de Pasto – Sepal- adelanta en estos momentos un importante proyecto de iluminación en barrios y corregimientos que revolucionará la forma de prestar un servicio que más allá de ser simplemente energético, contribuirá con la ornamentación, el medio ambiente y la preservación de nuestra naturaleza y recursos.
«Lo importante es direccionar esta empresa hacia programas de responsabilidad social y empresarial que fomenten una sana convivencia con el medio ambiente y la valoración de bienes y servicios».
Para la doctora Maritza Rosero Narváez lo importante es direccionar esta empresa hacia programas de responsabilidad social y empresarial que fomenten y permitan una sana convivencia con el medio ambiente, la preservación de recursos naturales y la valoración de bienes y servicios.
La alta sensibilidad de Maritza Rosero Narváez nos permitió presentar un proyecto cultural y literario que va de la mano con las pretensiones y filosofía de Sepal. Iniciativa de la que se beneficiarán niños y adolescentes de nuestro municipio y de gran parte del departamento de Nariño, fomentando el respeto por los derechos de las distintas especies animales con las cuales compartimos nuestro tránsito celeste gravitacional.
Nuestro agradecimiento a Maritza Rosero Narváez por abrirnos con generosidad las puertas de su entidad y brindarnos la posibilidad de hacer realidad un proyecto que durante años esperó una mano amiga, noble y buena como la suya. Los artistas, pintores, músicos, artesanos y creadores reconocemos su disposición para atender las peticiones culturales que se constituyen en un honor para nuestro pueblo.
En esta ocasión fueron los libros los invitados de honor, los atendidos de manera altruista y generosa por esa sensibilidad de mujer que sobrepasa los cánones de un servicio que al mismo tiempo que ilumina, lleva luz al espíritu de los hombres y los pueblos.
Por: Pablo Emlio Obando A.