Para unos la identidad es una manifestación específica de la autonomía determinada por ciertos rasgos sociales que crean entidad específica, de carácter subjetivo que después se vuelve inmodificable y difícil de cambiar, por lo tanto, se vuelve objetiva. Para Manuel Castells las identidades colectivas están marcadas por relaciones de poder, de legitimación, resistencia y proyecto. Jorge Larraín identifica la identidad como constructivista, discursiva y formalista; esencialista como un hecho acabado; e histórico-estructural como proceso en permanente construcción.
Para otros la identidad se sustenta en un espacio geográfico e histórico, mitos y creencias comunes, memorias colectivas, cultura común y masiva, derechos y obligaciones comunes y en una economía común, todo lo cual genera sentido de pertenencia. Ella depende del espacio-tiempo parecida a la cultura como documento público que pasa por el territorio, la lengua, la raza, las costumbres y los medios de comunicación que otorgan sentido de vida.
Hay quienes caracterizan la “identidad pastusa” a partir de ciertas uniformidades históricas, culturales, topográficas y climáticas de naturaleza homogeneizante anclada en su historia, valores y tradiciones. Para otros, identidad es regionalismo pastuso, como re-sentimiento territorial por la falta de atención por parte del gobierno central, algo así como un «nacionalismo insatisfecho» que ha definido más sus cercanías socioeconómicas y culturales al Ecuador que a Colombia.
Sin embargo, lo regional jamás ha podido someter a lo ideológico, porque este, siempre cruza las posturas regionalistas, como votar por candidatos al Senado de fuera de Nariño. Las lealtades ideológicas con la Corona, el fanatismo religioso, y la ideología conservadora contribuyeron en gran parte a deteriorar las condiciones de vida de los pastusos y a la interiorización de una condición sumisa de obediencia. El siervo es siervo solo cuando ha interiorizado en su inconsciente su condición de tal. Continuará…
«Hay muchos mundos posibles, pero están en éste». (Vattimo)
Por: Chucho Martínez