Por Mauricio Fernando Muñoz Mazuera
Desde hace unos dos años aproximadamente, se ha venido haciendo común el uso de la famosa Inteligencia Artificial en varios aspectos de la vida, buscando resolver, de forma expedita situaciones en las cuales anteriormente, tardaríamos mucho tiempo o inclusive, no tendríamos el conocimiento necesario para hacerlo.
La inteligencia artificial (IA) es un campo de la informática que se enfoca en crear máquinas que puedan realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, esta se basa en algoritmos y modelos matemáticos para procesar grandes cantidades de datos en poco tiempo, consolidando aún más la idea de que, en pocos años, muchas de las profesiones que hoy existen, serán totalmente obsoletas frente al trepidante avance de la IA.
Por ejemplo, el año pasado se publicó un artículo periodístico en Estados Unidos en donde se develaba el “oscuro entramado” de Spotify y la IA. Según Fastcompany, los artistas llevan mucho tiempo criticando a Spotify por su deficiente sistema de regalías y sus cuestionables prácticas de moderación de contenido. Ahora, estos se enfrentan a un problema completamente diferente y mayor: la creciente competencia de las canciones generadas por IA, algunas de las cuales han conseguido cientos de miles de interacciones y que la misma plataforma incluye en las listas de reproducciones de sus usuarios para que, al ser escuchadas, no deban pagar regalías a ningún artista, llegando incluso al punto de crear artistas y bandas ficticias a quienes les adjudican las creaciones de las melodías.
Y si queremos más datos, el año pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó un estudio en el que destaca que casi el 40 por ciento de los empleos en todo el mundo se verán afectados por el creciente éxito de la Inteligencia Artificial, reemplazando algunos y complementando otros, estudio que ha servido a varias universidades para analizar la factibilidad de reemplazo de profesionales en diferentes campos, generando coincidencias entre las siguientes profesiones: periodistas, diseñadores, contadores, analistas financieros, escritores, autores, guionistas, publicistas, ,traductores y docentes.
Lo que ha sucedido en estos días con los dibujos al estilo del Estudio Ghibli, de Hayao Miyasaki, generados a través de Inteligencia artificial, es otra muestra de lo que hará este avance tecnológico con el tiempo, herir de muerte las manifestaciones artísticas que de por sí, siempre se han encontrado en cuidados intensivos. La situación es tan preocupante que ni las mismas leyes de derechos de autor llegan a proteger totalmente a los creadores, y con seguridad, más temprano que tarde, nos distraeremos con series, películas y documentales generados totalmente con la IA.
¿Que nos queda hacer por el momento? Así digan que una golondrina no hace verano, es imperioso hacer un uso moderado de este tipo de tecnologías, intentando mantener la humanidad, sobre la tecnología hasta donde nos sea posible, escribiendo, creando, gestando y consolidando por nuestra propia cuenta, no dejándonos llevar por la moda y la alienación que consume las masas. Somos humanos porque en lo que hacemos esta nuestra impronta, nuestro espíritu, nuestros ideales y principios, algo que, muy difícilmente podrá hacer una máquina. Dejemos de jugar este juego de holgazanería y ocio que nos hace más tontos como humanidad, y en cambio dota de mayor información e inteligencia a la tecnología con nuestras consultas y la adjudicación de tareas que podemos hacer sin dificultad.

