HPs

Por: Chucho Martínez

La pacatería de los medios tradicionales de comunicaciones nos impone el tema del día al que debemos referirnos, hoy nos tocó el “Mucho HP” que le espetó el presidente de la república al presidente del Senado, como una reafirmación de la separación, léase divorcio de poderes, que durante muchos años habían permanecido amancebados. Esta expresión se volvió más importante que las contundentes pruebas que tienen contra la pared al expresidente Uribe poniéndolo ad portas de la cárcel; tampoco les importa, que, bajo el argumento de ser izquierdista, Trump cierre La Voz de América, radio pública de los EE. UU, que se transmitía en 40 idiomas y además, amenace con quitarle el apoyo económico a la Universidad de Harvard por muy criticona, cuando esa es la esencia de toda universidad.

El asunto hubiera quedado tablas si Cepeda el malo, reposta diciéndole, “la tuya”.

El “HP” es una expresión muy usual en todos los países del mundo, solo que el grado de afectación por parte del receptor depende de las condiciones de modo, tiempo y lugar como dicen en la Procuraduría. Al Jota P Hernández a cada rato, la senadora Angelica se desgranó en una sesión a echar madrazos, Benedetti es campeón, en el fútbol el árbitro es el más insultado, en el billar y en otros juegos de azar peor. Hay presidentes que si no han echado madrazos han atropellado el idioma y hecho cosas peores, como Núñez padre putativo del transfuguismo -voltearepismo- al pasarse del partido liberal al conservador, otro chumado dizque frecuentaba casas de cita, bombardeó Marquetalia dando origen a las Farc, otro dizque incestuoso chumado bailó “el polvorete” en Ipiales, nos impuso el Estado de Sitio.  

En el alegato dirán que le quiso decir Honorable Parlamentario, Hombre Publico, Hijo Putativo, Hijupuerca, Hijuepuchica, hijuemadre, Hijuelimbert, Hijuelita. Hijueldiablo o hijuetantas. Lo que no admite discusión es que entre los políticos y gobernantes que son cortados con la misma tijera hay unos que nacen, otros que se hacen y otros que son, no por culpa de sus progenitoras sino de sus actuaciones porque son Horsepower, no por lo poderoso sino por caballos.

El gran Jaime Garzón se lamentaba porque el país se escandaliza por un putazo en la televisión y no por tanto niño en los semáforos pidiendo limosna.