En este mes dedicado a las madres, Jesús Armando Erazo ex diputado del departamento de Nariño, reflexiona sobre la ausencia de quien fue el pilar de su vida: su madre Patricia Yela . Para él, recordarla es traer a la mente la imagen de una mujer excepcional, un ejemplo de la típica madre nariñense: fuerte, amorosa, trabajadora y creyente.
Originaria de una vereda en el municipio de Linares, Nariño, su madre siempre se enorgullecía de sus raíces campesinas y luchaba incansablemente por su comunidad. Su liderazgo fue fundamental para lograr mejoras significativas en su entorno, desde la pavimentación de caminos hasta el cambio en la infraestructura local.
Aunque no tenía títulos académicos, su madre ostentaba el título más importante para ella: el de «señora». Su entrega desinteresada a los demás la convirtió en un pilar tanto para su familia como para su comunidad. Fue una hija ejemplar y una madre dedicada, dejando un legado de amor y sacrificio que marcó profundamente a quienes la conocieron.
En la vida profesional de Jesús Armando, su madre fue su compañera y consejera, su mano derecha en cada paso que daba. Juntos, formaron un equipo imparable, con ella como el corazón que impulsaba cada acción. Su influencia se extendió más allá de lo profesional, inculcando valores de bondad, responsabilidad y perseverancia en sus hijos.
A pesar del dolor de su partida, Jesús Armando encuentra consuelo en el recuerdo de su madre y en el propósito de continuar su legado. Su ausencia es un recordatorio constante de la importancia de valorar a quienes tenemos a nuestro lado y de aprovechar cada momento con ellos.
En esta jornada del Día de las Madres, la unidad familiar se convierte en un refugio de amor y recuerdos compartidos. El legado de su madre es ahora su motivación diaria, impulsándolo a seguir adelante en la búsqueda de los sueños que juntos compartieron.
En cada paso que da, Jesús Armando lleva consigo el amor y la sabiduría de su madre, honrando su memoria con cada logro alcanzado.

