Mauricio Muñoz

Honor a quien a lo merece

Soy de la generación que recuerda con cariño a los profesores que con amor y entrega me enseñaron mis primeras letras, me hicieron conocer un mundo inmenso a través de los libros e incentivaron mi formación para ser el hombre que soy ahora, esos hombres y mujeres que entregaron su vida con esmero han comenzado poco a poco a partir de este plano terrenal.

Es la ley de la vida, sin lugar a dudas, pero más allá de ese paso que todos tendremos que surtir hay personas que dejan huella imborrable en la sociedad, ese es el caso del fallecido exrector del Colegio Ciudad de Pasto José Rafael Paz Meneses, uno de esos seres humanos únicos que no sólo eran sinónimo de firmeza en el sector académico, sino un paradigma del docente por excelencia, entregado en su labor hasta el último día.

Soy orgullosamente egresado del Colegio Ciudad de Pasto, de ese Ciudad de Pasto al cual costaba ingresar porque debías presentar un examen para obtener tu cupo en tan prestigioso colegio, establecimiento educativo de donde han salido eximios hombres y mujeres que han contribuido en el desarrollo de la sociedad pastusa.

Como egresado que soy, al igual que un gran número de pastusos y pastusas, de la primera persona que la mayoría de nosotros tendremos memorias es del rector Paz Meneses, un hombre que por su estatura se distinguía entre todos, su voz entre ronca y serena dejaba mensajes claros en medio de las izadas de bandera y formaciones que dirigía, un hombre cercano a los docentes y administrativos.

Este pastuso fue el hombre indicado para sacar adelante al CCP hacia otros horizontes, con él se arrancó un nuevo milenio lo que exigió un cambio de paradigma educativo acompañado de obras de infraestructura que le han dado la faz que ahora tiene esta institución educativa. Recuerdo que durante una reunión de consejo estudiantil al que pertenecí conocimos de su gusto por la tecnología, al igual que por el deporte y la cultura.

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Las redes sociales con los innumerables mensajes de pésame que se publicaron el pasado jueves 12 de agosto fueron una pequeña muestra de la huella imborrable que dejó el rector en cada uno de quienes pisamos esta casa nutricia en donde hoy las banderas hondean acompañadas por la cinta negra de duelo por la pérdida de este gran ser humano. Honor al que lo merece y desde mi punto de vista el mejor homenaje que se le podría hacer a Paz Meneses es resaltar y mantener vivo su legado.

Si a este servidor le preguntan cómo, esto se podría hacer con un pequeño cambio en el nombre de la institución central, pasando a denominarse IEM Ciudad de Pasto sede José Rafael Paz Meneses. Mensaje claro para las nuevas generaciones: para ser recordado debes hacer con amor todo lo que emprendas. Paz en su tumba.

Por: Mauricio Fernando Muñoz Mazuera