Editorial Diario del Sur

HECHOS QUE NO DEBEN REPETIRSE

En nuestro departamento de Nariño, uno de los mayores atractivos lo constituyen las fiestas de los municipios, corregimientos y veredas, celebraciones en las que participa toda la comunidad, en especial cuando se trata de los eventos patronales.

Se trata de jolgorios que se han hecho de manera ininterrumpida durante años y años, a excepción de las suspensiones que se tuvieron que hacer a consecuencia de la pandemia de Covid-19, pero que ahora al recobrarse gran parte de la normalidad se han reanudado en los diferentes sectores de la geografía nariñense.

Sin embargo, en el pasado puente festivo, hemos visto con profunda preocupación, como estas fiestas de nuestros municipios, están siendo escenario de toda clase de hechos de violencia, así como de accidentes que bien se hubieran podido evitar, de haberse tomado las debidas medidas de seguridad.

«En el pasado puente festivo hemos visto con profunda preocupación como estas fiestas de nuestros municipios están siendo escenario de toda clase de hechos de violencia, así como de accidentes que bien se hubieran podido evitar, de haberse tomado las debidas medidas de seguridad».

En este orden de ideas, hoy nos tenemos que referir en primera instancia al trágico hecho que se produjo en el municipio de Tangua, donde en el marco de las fiestas, se disputó una competencia de motociclismo en desarrollo de la cual, una persona perdió la vida, en tanto que uno de los deportistas sufrió graves heridas. De acuerdo con la información que se conoció al respecto, este lamentable episodio, se debió a que un hombre habitante de calle, se atravesó en la vía, dando lugar a que fuera atropellado de manera mortal.

Aunque conocemos que esta clase de carreras de motos son tradicionales durante la celebración de las fiestas de los municipios, nosotros siempre hemos considerado que las calles, a pesar de las medidas de seguridad que se puedan desplegar, no son el mejor escenario para esta clase de eventos, precisamente por el alto riesgo de accidentes que representan.  Sabemos que para una competencia de esta clase que se disputa en las calles, se requiere de extremas medidas de seguridad, en especial en lo que tiene que ver con la separación que debe haber entre el público y los motociclistas.

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Sin embargo, el extenso tramo que se debe vigilar, hace que ocurran accidentes como el que acaba de pasar en Tangua, por lo que nos parece que, a futuro, puesto que no es el primer hecho de estas características que se presenta en el departamento de Nariño, las alcaldías municipales deberían revaluar las autorizaciones para que estas carreras se hagan en plena calle.

Es cierto, como lo anotábamos, que se trata de una vieja costumbre, pero ya son varias las personas que han muerto debido a accidentes, causados por la falta de seguridad e imprevisión, puesto que se debe tomar muy en cuenta que otra de las grandes tradiciones de las fiestas patronales de los pueblos, es que la gente toma licor en cantidades industriales, por lo que se expone a sufrir toda clase de episodios desagradables.

Y, ahora que tocamos el tema del licor, le corresponde el turno a los hechos registrados en el municipio de Samaniego, donde las fiestas también fueron causa de situaciones de violencia.  En efecto, afectadas por el excesivo consumo de bebidas embriagantes, numerosas personas se enfrascaron en una batalla campal, en la que hubo puñetazos, patadas y agresiones con objetos contundentes como botellas-

Se trató de una situación en la que hubo varios lesionados y golpeados, la cual pudo terminar muy mal, de no haber sido por la intervención de las autoridades.

Valgan entonces, estos episodios para que, durante la realización de las fiestas patronales en las diferentes regiones de Nariño, no se escatimen las medidas de seguridad y prevención. No solo para prevenir los hechos de violencia, sino también los accidentes.