Los caprichos indescifrables del destino hicieron que un día llegara a Pasto y me emparentara con la familia Guachavez Dominguez, gracias a mi esposa Cristina. Fue así como me enteré de la existencia de un municipio llamado Funes, del cual la verdad sea dicha, nunca había oído hablar, pero del que me encariñé, al igual que lo hice con toda la familia: mis suegros Luis Antonio Guachavez y Zoila Dominguez de Guachavez, mis cuñados, José Antonio, Luis Genaro, Erney, Carmen y Yuli, a quienes conocí muchachos y hoy son excelentes profesionales en diferentes áreas, además de que la familia se creció con mi hijo Jorge Luis y la hija de Erney, Karen Daniela.
Pero, hoy estamos todos tristes porque se nos fue, la mejor esposa, madre y abuela del mundo, mi suegra Zoila Dominguez, una excelente mujer que nos dio ejemplo a todos de generosidad y comportamiento, a quien siempre miré con mucho respeto, tanto así que la llegué a considerar como mi segunda madre.
Por eso, hoy lo menos que puedo hacer es escribir estas líneas en homenaje a una suegra que como doña Zoila, siempre le mostró a su esposo, a sus hijos y a quienes, como yo, tuvimos el alto honor de integrarnos a su familia, un gran amor y cariño.
Ella se nos anticipó en ese viaje que un día todos debemos emprender, pero estoy seguro que, desde el cielo, ella seguirá protegiéndonos y cuidándonos, como siempre lo hizo durante su vida. ¡Hasta luego, suegra!

