Jorge Enrique Tello Chávez

Hace 20 años tumbaron las Torres Gemelas

De acuerdo a los registros aeronáuticos históricos, el 22 de enero de 1974, “llegó tarde” al aeropuerto de Cano, el pastuso Jorge Raimundo Tapias Carrión, para abordar el avión de Aeropesca, el cual ya había iniciado el carreteo por la pista, en un vuelo regular entre Pasto – Popayán y Bogotá. Los agentes de policía solicitaron a la torre de control, hacerlo devolver al muelle de embarque sin requisar al “pasajero”.

Al tomar altura, se levantó de su asiento amenazando a los pasajeros con “un arma” que guardaba debajo de su saco y manifestándoles que trataba de un secuestro. Desviando el vuelo hacia Cali y luego a Barranquilla, para aprovisionarse de combustible y poder llegar Cuba., en donde fue recibido como héroe.

Esto nos lleva a lo que vivimos en ese fatídico día martes, 11 de septiembre de 2001, cuando observábamos horrorizados, los atentados terroristas perpetrados por “pilotos kamikazes” del Grupo Terrorista Al Qaeda, comandados por Osama Ben Laden, quienes secuestraron cuatro aviones comerciales en los Estados Unidos, bajo el gobierno del presidente, George W. Bush.

Atacaron El World Trade Center en Nueva York. El primer avión impactó la torre norte a las 8:45 de la mañana, el segundo en la torre sur a las 9:03 a.m., cuya transmisión internacional en directo, llegaba con estas impactantes imágenes al mundo entero. Las dos aeronaves pertenecían a los vuelos 11 de American Airlines y 175 de United Airlines.

Las dos torres ardían considerablemente debido a la acción del combustible de los dos aviones. Muchos residentes en los pisos superiores se lanzaron al vacío. La primera torre se desplomó a las 9:59 en tan solo 9 segundos. La segunda a las 10:28 con una duración de 11 segundos. Produciendo una gran oscuridad, con el polvo y la ceniza de las edificaciones, dificultando la respiración en los sobrevivientes, que lograron escapar de este terrible holocausto y auxiliados por unidades de los Cuerpos de Bomberos y Organismos de Socorro.

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El tercer avión del vuelo 77 de American Airlines, que impactó sobre el Pentágono, en Virginia, sede del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, causó algunos daños de consideración. El cuarto avión del vuelo 93 de United Airlines estaba programado para impactar contra el Capitolio en Washington, D. C., pero gracias al forcejeo entre tripulantes y pasajeros contra los terroristas, hicieron que la nave se estrellara en Shanksville, Pensilvania en un campo abierto.

El balance del siniestro fueron 2996 víctimas entre trabajadores del Centro Mundial del Comercio y bomberos que ofrendaron sus vidas; más los 24 tripulantes oficiales de los aviones. Cuyos nombres aparecen en las placas conmemorativas del Monumento y Museo erigidos en su honor en dicho lugar, que visité en mayo del 2017. Dejando además 25 mil heridos, muchos de ellos con lesiones permanentes y ocasionando la pérdida de más de diez mil millones de dólares.

Las Naciones Unidas establecieron novedosas políticas de seguridad aérea, como la instalación y apertura de scanner para la inspección de equipajes y maletas; como también cabinas para para los pasajeros y poder detectar armas, explosivos y narcóticos y así prevenir al mundo de futuros atentados.

Por: Jorge Enrique Tello Chávez