Luis Eduardo Solarte.

Guaitarilla florece

Dentro del ordenamiento político-administrativo colombiano, los municipios están llamados a cumplir un papel trascendental en la administración y gestión de recursos con miras a promover  y tratar de alcanzar niveles de vida dignos y acordes a las necesidades de sus habitantes.

El municipio es el poder público más cercano y más al tanto de los problemas de cada una de las personas. De ahí que, sea normal que nos encontremos a diario con gente que concurren hasta las oficinas  municipales planteando inquietudes y en muchas ocasiones demandando respuestas concretas  y urgentes  a sus distintas dificultades económicas y sociales.

Bajo esos parámetros, entonces, tenemos que la ciudadanía otorga su apoyo a los alcaldes  para que estos lleven a cabo políticas que permitan pensar los municipios en el aquí y en el ahora, y hacia el futuro. Pero también ellos son agentes directos de representación de los intereses de los ciudadanos, de manera que el cumplimiento de mandato popular es más exigente que con otras autoridades elegidas, por cuanto muchas decisiones municipales afectan la vida  y el accionar diario de sus habitantes.

Teniendo en cuenta la importancia alcanzada en la actualidad por los municipios mucha gente aspira ser sus administradores a través de la alcaldía. Esto en ningún momento se lo discute porque como colombianos la misma Constitución faculta a quienes quieran llegar a los órganos de poder local.

Sin embargo, dadas las connotaciones obtenidas por dichas entidades territoriales y el compromiso que tienen de propugnar por el bienestar social de sus habitantes, las personas que se postulan para alcaldes o alcaldesas, deben saber de antemano la inmensa responsabilidad que tienen con sus respectivas comunidades, lo cual exige la presentación ante los ciudadanos de programas y propuestas viables a fin de conjurar las necesidades que se afrontan en sus respectivas localidades.

Tuve la oportunidad de visitar en días recientes el municipio de Guaitarilla y me gustó, al dialogar con algunos de sus habitantes, ver que en la localidad existe una persona como Ingrith Melo Solarte que pretende ser alcaldesa para que el municipio florezca, con  equidad y oportunidades para sus pobladores, y con la inversión de recursos con verdadero sentido social y humano,  dentro de buen un buen manejo de políticas públicas e institucional que se orienten a forjar el progreso y desarrollo que se viene reclamando desde hace rato.

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En la mente de todos los habitantes de Guaitarilla está muy claro que su municipio no ha sido muy afortunado en el manejo político administrativo que le han dado algunos de  quienes han estado en su calidad de alcaldes. Por ello, la esperanza y la ilusión vuelve  a renacer  en ellos al mirar que una nueva figurara en el quehacer político y con la preparación académica que se necesita cumple con los requisitos, como es el caso de Ingrith Melo Solarte para que llegue a la alcaldía a fin de cumplir con los principios y postulados fundamentales que le son inherentes a los municipios, es decir, el de trabajar por el bienestar general y el mejoramiento de la calidad de vida de la población en el respectivo territorio.

solarpastas@hotmail.com