Ejército Nacional rindió homenaje a la gesta independentista y reafirmó su misión de proteger la soberanía y fortalecer el vínculo con las comunidades del sur del país.
Con actos solemnes cargados de simbolismo, la Caballería del Ejército Nacional conmemoró en Ipiales los 206 años de su fundación, un aniversario que rinde tributo a la Batalla del Pantano de Vargas, librada el 25 de julio de 1819. Esta confrontación, decisiva para la independencia, marcó el nacimiento de la Caballería como arma de choque, símbolo de valor y pieza clave en la campaña libertadora. La ceremonia tuvo lugar en las instalaciones del Grupo Mecanizado No. 3 “Cabal” y contó con la participación de oficiales, suboficiales, soldados, autoridades civiles e invitados especiales.
El programa incluyó una eucaristía, actos de memoria histórica, izada del pabellón nacional, desfiles militares y la entrega de condecoraciones a personal destacado. En sus palabras, los mandos enfatizaron la vigencia del legado de los lanceros y el compromiso permanente de la Caballería con la defensa y el desarrollo de la región.
Historia
La Caballería ha recorrido un largo camino desde sus orígenes en las llanuras, donde los lanceros jugaron un papel decisivo en las gestas libertadoras. Hoy, transformada en una fuerza mecanizada y blindada, continúa siendo un componente fundamental del Ejército Nacional. Su símbolo, la espada, representa el coraje y la disciplina de generaciones de soldados que han servido al país.
El teniente coronel Alexander Dasilveira, comandante del Grupo Mecanizado No. 3 “Cabal”, destacó que esta celebración trasciende la esfera militar:
“Conmemoramos una vocación de servicio al país, un compromiso que no se agota en lo operativo. La Caballería está presente en la vida de las comunidades, acompañándolas en sus desafíos y aportando a su seguridad y bienestar”.
Presencia
El Grupo “Cabal” mantiene una activa presencia en áreas rurales del sur de Nariño, donde realiza patrullajes, operaciones de estabilidad y control territorial, además de apoyar acciones humanitarias. Su labor incluye actividades cívico-militares, programas de acercamiento comunitario y asistencia en emergencias y gestión del riesgo, en coordinación con autoridades locales y organismos de socorro.
Durante el último año, la unidad ha desarrollado más de 60 operaciones tácticas contra el tráfico de estupefacientes, el contrabando y otros delitos transnacionales, fortaleciendo la seguridad fronteriza y la confianza de la población en la institución.
Compromiso
El acto conmemorativo reafirmó el compromiso de la Caballería con los valores democráticos, el respeto a los derechos humanos y el fortalecimiento de la relación con la sociedad civil. Las autoridades militares destacaron que su misión va más allá de las operaciones armadas, incluyendo acciones que promuevan la paz y el desarrollo sostenible en territorios históricamente afectados por la violencia y la marginalidad.
Los asistentes también destacaron la importancia de mantener viva la memoria histórica de los lanceros, cuyo ejemplo de valentía continúa inspirando a nuevas generaciones de militares. Para el Ejército, la Caballería no solo representa un componente táctico, sino un legado cultural que forma parte del patrimonio histórico de la Nación.

